Una reunión familiar explosiva

Capitulo 28

Cuidad de Karakura

En un parque a pocas cuadras de la casa de Unagiya, Isshin y Ryuken terminaron de limpiar el piso con los Shingamis, el suelo lleno de hombres con uniformes negros. En sus brazaletes estaba el sello especial de Central 46. Los dos padres que habían despachado a los hombres estaban tomando un descanso ligero, apenas habían sudado en la lucha contra ellos. Isshin se recostó contra un árbol mientras Ryuken encendía un cigarrillo.

"Tu gente realmente piensa muy bien de sí misma, creyendo que podría colarse aquí sin que nos demos cuenta", se burló Ryuken, tomando una larga calada de su cigarrillo.

Isshin se levantó y estiró los brazos antes de regresar a la casa de Ikumi. "No puedo luchar contra ese argumento. Me pregunto de dónde vinieron. Kisuke dijo que Kyoraku cerro el Senkaimon durante cuarenta y ocho horas".

"Sabiendo cuán astutos son los Shinigamiss, deben haber llegado con el primer grupo que tomó Bambietta y estaban esperando órdenes".

"Tiene sentido. Puedo decir por sus uniformes que estos muchachos fueron enviados por Central 46. Siempre odié sus pésimas respuestas".

"¿Pésimas respuestas? Eso es un eufemismo viniendo de un tipo que solía trabajar con ellos".

Isshin se rio entre dientes. "Nunca trabajé con ellos. Incluso cuando el Clan Shiba era uno de los Cinco Grandes Clanes. Mi sobrina, Kukakku, odia sus entrañas y probablemente se rompería la cabeza si se pusieran del lado malo de ella".

Ryuken guardó silencio, sin querer preguntar qué tan feroz era su sobrina cuando ya había recibido la ira de una mujer enojada. Todavía sentía dolor por la paliza que Ikumi le dio. Solo pensarlo le dio escalofríos.

"Regresemos". Ryuken apagó su cigarrillo y se dio la vuelta. "Le dijimos que estaríamos allí para apoyarla hasta que Ichigo volviera con su hija".

Isshin asintió y rodeó a un Segador de Almas caído, volviendo a mirar el sello en su brazalete. "Supongo que Kisuke tiene un plan para estos tipos ya que nos advirtió que podrian intentar esto" , pensó para sí mismo mientras seguía a Ryuken de regreso a Ikumi. Tenía fe en su hijo. Y aunque Ryuken no lo mostró, el hombre tenía fe en que Ichigo traería a Bambietta a casa...

Con Bambietta y Yoruichi ...

Bambietta se apresuró a alcanzar al gato morado mientras cruzaban un prado cubierto de hierba. Yoruichi giró la cabeza y vio cuán demacrada y desgastada estaba Bambietta y desaceleró el paso para alcanzarla. "¿Estás bien?" preguntó mientras Bambietta se acercaba a ella.

"Este... no ha sido mi día..." bufó Bambietta. Se quitó el sombrero y se limpió la frente sudorosa. Se sentía cansada, como si los acontecimientos ocurridos en las últimas horas hubieran durado toda la vida. "¿Por qué no podemos irnos a casa? Quiero decir, estoy a salvo ahora".

"Ahora estás a salvo, sí. Pero eso podría no durar. La Sociedad de Almas no solo se quedará quieta y te dejará salir de casa después de las medidas que tomaron para capturarte y mantener a Ichigo fuera. No es suficiente simplemente salvarlo. Tenemos que asegurarnos de que Kyoraku no envíe más hombres para recapturarte. Además, los capitanes no recibirán amablemente a Ichigo y tus amigos por su interferencia y simplemente los dejarán libres. Terminemos esto de una vez por todas". Al ver el brillo en los ojos de Bambietta, Yoruichi frunció el ceño y se movió un dedo frente a ella. "No estamos matando a nadie".

Bambi se desplomó decepcionada. "Después de todo lo que me hicieron, esperaba obtener más recompensa de esa perra con las trenzas al menos", se lamentó. Al enderezarse, vio una casa a lo lejos con una gran chimenea. "Entonces, ¿qué estamos haciendo aquí? No me digas que tu gran plan es esconderte hasta que explote".