Capitulo 2

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Camila miró por encima del hombro cuando la risita aniñada de Charlotte se oyó otra vez. Lo que fuera que había dicho Lauren  sin duda fue muy gracioso. Resistió el deseo de arrugar el entrecejo ante la pareja absorta. Camila lehabía pedido a Lauren que le prestara más atención a Charlotte y no tenía derecho a sentirse decepcionada porque Lauren había hecho caso a sus palabras. En verdad, debería sentirse encantada. Con la sombrilla, le asestó un golpe violento a un ranúnculo que había en la hierba y lo desmochó.  

Alexa, su criada, había estado exultante de alegría por la habilidad de Lauren en la cama. Al parecer, era la mejor amante que Alexa había tenido. Continuaba hablando una y otra vez del tamaño de sus pechos y de lo que podía hacer con sus dedos, hasta que Camila le pidió que dejara de hablar sobre eso.  

Sin duda, una verdadera mujer le haría el amor a una mujer con más delicadeza y cortesía. Lauren le recordaba a una pirata fanfarróna; incluso su piel estaba bronceada como la de una plebeya. Y la manera en la que había estado en celo con Alexa... Ignoró la sutil punzada de deseo que experimentaba en la parte inferior del estómago cada vez que se imaginaba aquella escena grosera.  

Suspiraba al calcular la distancia hasta las ruinas del castillo  que se encontraba en la cima de la colina, sobre ellos. Su madre había arreglado la salida con la esperanza de fomentar la relación entre Charlotte y Lauren. Para sorpresa de Camila, su plan parecía haber funcionado.  

Se levantó el dobladillo de la falda de percal verde oliva y se puso en camino hacia el último tramo de la colina. Alguien le tocó el codo, se volvió y encontró a Lauren a su lado.  

LAUREN:-Buenas tardes, Camila. ¿Estás disfrutando de la vista? 

Camila la honró con una sonrisa fría, consciente del calor de los dedos enguantados sobre su piel desnuda.  

CAMILA:-Buenas tardes, Lauren. La vista era encantadora hasta que tu la ocultaste. Por favor, busca a cualquier otra dama que sea menos capaz para ayudar a subir la colina.  

Los dedos de Lauren se ajustaron en su brazo.  

LAUREN:-Pero quisiera caminar contigo. Anoche me dejaste en medio de un dilema.  

Camila le lanzó una mirada desconfiada.  

CAMILA:-Me alegra que hayás reconsiderado tus alternativas y de haber podido horientarlo.  

Lauren se veía cortés mente confundido, entonces esbozó una sonrisa lenta que decía a gritos: peligro.  

LAUREN:-No hablo de tu breve sermón de moral sino de algo mucho más importante que me tuvo desvelada. -Bajó la mirada hacia sus bragas- Y despierta la mayor parte de la noche.  

Camila mantenía la mirada sobre la amarilla hierba irregular delante de ella. 

LAUREN:-Sos demasiado modesta, querida mía. ¿No te agradaría saber a qué me refiero?  

Camila contaba cada paso tortuoso e intentaba controlar su respiración entrecortada. Su humor ardía sin llamas mientras la cuesta se hacía más empinada.  

CAMILA:-No.  

LAUREN:-Pensaba en tus pechos. -Echó una ojeada a su perfil desviado - Para ser aún más precisa, pasé varias horas preguntándome de qué color serían tus pezones. Los pezones de algunas mujeres son iguales al color de sus labios, otros son una sorpresa. tus labios son de un rosado profundo. ¿tus pezones son del mismo tono?  

Para el enfado de Camila, sus pezones se endurecieron en dos capullos apretados como si disfrutaran que se discutiera sobre ellos. Ella continuaba avanzando con esfuerzo por la colina. Se negaba a continuar con una conversación tan insultante. Un deseo de darle un empujón en el pecho a Lauren  y observarla rodar con alegría por la colina amenazaba con apoderarse de ella.  

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⏰ Última actualización: Dec 11, 2014 ⏰

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