Prólogo: Claro como la noche, Oscuro como el día.

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— En la vida existe una delgada línea que separa a los opuestos, lo fantasioso de lo real, el bien del mal, los ángeles de los demonios. Hay una gran cantidad de ejemplos— El joven de cabello castaño habló. Las gruesas y pesadas cadenas evitaban que se moviera y lo mantenían atado,mientras conversaba con alguien yacía de rodillas en lo que se podía considerar como suelo.

— La línea no es como un riachuelo que separa dos tierras. Es intangible, inodora, insípida, insonora y por supuesto, invisible. No existe método humano de comprobar su substantividad pero aún así se sabe de ella— Alzaba cada vez más el rostro mientras hablaba, pero éste seguía cubierto por sus largos cabellos.

— Te preguntarás... ¿Cómo? Pues tengo esa respuesta; la mente. Esa es la herramienta que permite conocer lo que separa ambos lados y la qué acompañada de la perspectiva, la hipocresía, el egoísmo, las experiencias, los sueños y los fracasos, pero más importante, las emociones...— Suspiró largo y tendido, recordando algo del pasado—. Permiten a las personas excluir todo a su alrededor, prejuiciandolos y escupiéndolos sin ver el otro lado de la moneda.   Colocándolos en alguno de los lados del charco que identifican lo bueno de lo malo. Dando nacimiento al desprecio.

   Cada vez la voz del joven se volvía más apagada.En un principio sonaba confiado, seguro de sí; pero ahora parecía que podía estallar en lágrimas en cualquier momento. La persona que estaba junto a él lo miró sintiendo tristeza y pena, para luego susurrar un nombre. El castaño recobró la compostura y enderezó su espalda, ocasionando qué las cadenas emitieran un no muy agradable sonido en el proceso; miró hacia dónde se suponía qué estaba el cielo.

— Envidia,ira,miedo y odio, son emociones que me llevaron a este desastre. Estar encerrado en este lugar hace qué mi ser se retuerza del asco y repudio. Cada vez me siento más humano de lo que debería, después de todo ha pasado tanto... —La persona contemporánea al castaño cambió su rostro, ya no expresaba pena, sino, confusión.— Aunque suene extraño, el tiempo transcurre de forma diferente para alguien como yo. Un año para ti, es un pestañeo para mí.     Pero dentro de esta vasija tanto la oscuridad que adorna mi morada como los siglos, no tienen fin. Es irónico, mi único objetivo desde mi creación ha sido eliminar toda cosa viva con cada paso que doy. Destruyendo, despedazando,quemando y sobretodo, ahogando en desesperación a esas criaturas mortales.

Una leve sonrisa nostálgica decoró el perfil del encadenado. Tenía razón, oscuridad y la nada es lo único que existía en aquello que llamaba su "morada", aunque claro, lo qué se diferenciaba de aquella oscuridad, eran las cadenas de tonalidad azul celeste, qué no perdían los rasgos grises del acero.

Por otro lado su invitado no estaba de igual manera, cambió su confusión. Las palabras del castaño lo iluminaron y le revelaron algo. La cólera y el rencor lo llenaron, su puño se apretó y los dientes se golpeaban unos con otros.

De repente las cadenas se cerraron más, atraparon a su presa como si de una anaconda se tratara, el castaño aún se mantenía viendo arriba, había estado sumergido en sus pensamientos hasta que despertó. Tal vez fue la sensación de falta de aire o el odio que irradiaba el ceño fruncido del invitado. Entonces fue bajando la mirada hacia la persona, dando a relucir sus ojos carmesí que mantenían una visión indiferente debajo de los largos mechones de pelo.

— Oh vamos, no me mires de esa manera, tú sabes muy bien de lo que hablo.— el castaño bajó el rostro y sonrió lentamente. Sabía muy bien cómo lo veía aquella persona; a pesar de ser el lugar completamente oscuro, todo se veía claro como el amanecer.— Hemos asesinado por nuestros objetivos.

Y en fugaz instante recordó el prisionero, debía responder una pregunta a quien tenia de frente a él.

El invitado aún mantenía su puño apretado y sus ojos lo miraban expectante de abajo hacia arriba. El odio rebosaba en su faz, y las ataduras mantenían preso con su agarre al otro, a quién fue su amigo en el pasado o lo qué él creía qué era.

— ¿Ves de lo que hablaba?. Ese desprecio, el maldito desprecio lo puedo reconocer a leguas con sólo ver tú cara.

El antiguo amigo tuvo una discusión, ya que no se encontraba solo junto al castaño y tras una pequeña charla se calmó, las cadenas se soltaron más hasta estar lo suficientemente flojas cómo para qué pudiera ponerse de pie.Suspiró de satisfacción, las cadenas rechinaron al levantarse y vio a todos los reunidos, completamente reconocidos. Y se fijó específicamente en quién prometió responderle la pregunta.

  —Cómo comentaba, eventualmente ese iba a ser el final de todo, soledad y silencio serían lo que quedaría en la nada, junto a mi propósito concluido. Pero no fue de esa manera, me equivoqué, luego de aniquilar todo ser con vida de eso a lo que llaman mundo terrenal sentí una increíble satisfacción, la mayor en toda mi existencia—Los ojos indiferentes se abrían por completo visualizando la basta negrura, enviando su mente al pasado, añorando y queriendo revivir ese placentero momento. Al mismo tiempo, su voz se tornó lenta y fuerte con cada palabra.—Además de un sentimiento efímero luego de acabar mi misión; acompañado de la pequeña voz en mi cabeza que decía: "Quiero más, quiero destruir más".

Sonrió con expresión psicópata, cómo un niño exaltado y feliz con su regalo de cumpleaños que siempre ha querido desde que tiene memoria. Resaltando una marca extraña que se ubicaba debajo de su ojo izquierdo, la cuál había estado aumentando de tamaño desde qué comenzó a relatar las palabras de la pequeña voz en su cabeza. La marca estuvo expandiéndose por casi toda la mitad izquierda del rostro, pudiéndose apreciar un color oscuro, uno qué estaba entre el negro y el morado.

Hasta que cayó en cuenta donde estaba y todo cambió...

En un abrir y cerrar de ojos su estado facial pasó a uno completamente opuesto; melancólico y reflexivo. Sus ojos regresaron a tener su incesante indiferencia y esa extraña marca, regreso a su estado normal, siendo una flecha que zigzagueaba por debajo del ojo izquierdo hasta un poco más abajo del pómulo.

—Y cuándo menos lo esperé, mi ansiedad me consumió, peleé con mis hermanos y terminé encerrado en un Behalter. Qué final más estúpido para alguien como yo... Oye—El castaño dijo un nombre, a lo que la persona se sorprendió junto a todos los invitados— pensé un poco, y quiero qué me digas algo.Los presentes miraron a la persona confundida, quién preguntó qué era lo que quería saber.Y el castaño dijo las palabras que generaron toda la conversación.

"Jeral, ¿Cómo terminaste así?".— dio una pequeña pausa, meintras hacia una mueca en el proceso—ya te he dado mi respuesta, así qué respóndeme. Ahora qué sabes toda la historia, mis motivos y mis hechos  ¿En qué lado del charco me colocarías?.












Y bueno chicos, aqui termina este intento de prólogo xD, me gustaria saber sus opiniones y si no saben que es un Behalter, pues lo sabran si continuo esta historia en un futuro ;).
Soy nuevo en esto :'c
Apiádense de mi por fa
Se supone que es una historia larga y creo que esta es la mejor forma de hacerse a conocer, no...?

 Esta es una pequeña parte de la historia que quiero crear, está ambientada mucho tiempo después del comienzo de la serie, espero lo disfruten y La historia no es completamente mía, la idea original la dio un amigo mio y yo estoy publicando uno de mis escritos.

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⏰ Última actualización: Apr 24, 2020 ⏰

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El Demonio que busca ser DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora