Capítulo 2: Que buen inicio.

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Cabello albino... Sonrisa grande... Voz chillona...

Sudando frío... Así despertaba Samuel después de apenas recordar esas 3 cosas de su sueño, no había nada concreto en su sueño, pero algo no le hacía sentir del todo cómodo.

Tocaba pararse para ir a trabajar, tomó el teléfono para ver la hora... Apenas faltaban 10 minutos para las 6 de la mañana, su rutina empezaba un poco antes. Se levantó y se fue a hacer su rutina de ejercicios como cada mañana tenía costumbre, pero antes de poder irse, los recuerdos de Mónica vinieron a su mente en cuanto divisó un tanga rojo tirado en una esquina de la habitación.

No quiso prestarle atención, y mientras los regaños de su compañero Borja lo invadían como la noche anterior. Se encaminó al patio de su casa, donde completó exitosamente su rutina de ejercicios, al terminar fue directo a la ducha, y en pleno proceso su teléfono empezó a sonar. Sin perder el hilo de sus acciones en la ducha, divisó la pantalla del móvil. "Borja" se marcaba en la pantalla, y con cuidado de no mojar su teléfono colocó el altavoz.

—Tío, ¿Me llamas después? Estoy en la regadera...

—¡Diablos, Samuel! No esperaba que tan rápido me lo fueras a decir... Creo que debo visitarte.escuchó del otro lado de la línea.

—Te dije que no, Borja, te llamo después.

Se apresuró a cortar la llamada antes que el menor continuara, pero recibió otra llamada la cual no contestó. Una tercera, una cuarta y la quinta lo desquiciaron, y con bastante enojo contestó la sexta llamada con el altavoz.

— ¡Que me estoy duchando, Luzu! Te llamaré luego.

— Al fin me contestas...

Su error fue no revisar el contacto que estaba llamándole, ya que del otro lado escuchó la voz calmada de una mujer.

— ...Mónica.— respondió, manteniendo la formalidad.

— Samu, se que ayer me fui sin mas, fue mi culpa lo siento... Yo solo te pre--

— No quiero saber nada de esointerrumpió —Estoy ocupado y ayer quedó claro que no te buscaría de nuevo. Deja de llamar a Luzu, mi decisión no ha cambiado.

— Pero Samu, me equivoqué, no te pido más que una oportunidad... Veras que seremos muy fe--

Cortó la llamada. Todo se disponía hoy a arruinar su día, pero no era algo que iba a permitir. Se apresuró a salir de la ducha, se vistió de terno gris y camisa morada, corbata gris de igual manera y zapatos negros, se montó en su coche con sus documentos en el maletín y partió rumbo al trabajo.

Manejaba tan ensimismado en sus pensamientos, que no se percató del semáforo rojo en plena avenida. En plena pista, un muchacho de cabellos albinos cruzaba confiado de los responsables conductores que respetan las señales de tránsito, pero no contaba con este incidente...

Todo pasó extremadamente rápido. Giró el timón. El chico se arrodilló asustado. Llantas derrapan. Sonidos de choque. Todo se oscurece...

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Completa tranquilidad es lo que sentía... Su cuerpo casi levitaba mientras oía de fondo un leve pitido. El aroma tan característico le hizo abrir con calma los ojos, e intentando evadir la luz del sol que entraba por la ventana, se percató que estaba recostado en la cama de un hospital.

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⏰ Última actualización: May 24, 2020 ⏰

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