1904
Una pequeña niña de bellos rizos color zanahoria, observaba por la oscuridad de la noche, un bello circo por detrás de su casa. Apoyando la barbilla en sus brazos cruzados sobre la barandilla, por su balcón podía ver cómo la gente entraba con sus niños tomados de la mano al interior del gran telón de colores mientras estos sonreían de la emoción. Las luces haciendo que los colores del telón resaltaran a la lejanía.
-¿Amee?- La voz de su madre asustó a la pequeña, la cual salió corriendo, no antes de cerrar lo más silencioso posible las puertas de su balcón, a su cama, pisando la falda de su pijama-. Espero que estés durmiendo ya.
La mujer se adentro en la gran habitación de la niña, viendo como esta había dejado tirados la mayoría de sus juguetes en el suelo alfombrado. Recogió algunos para luego pasar a sentarse al lado de su hija, la que fingía dormir plácidamente. Le acarició los cabellos por un largo tiempo, para cuando la mujer ya estaba convencida de que su hija dormía, salió de la habitación cerrando la puerta.
De un salto, Amee quedó sentada en su cama, viendo por unos minutos por debajo de la puerta, esperando a que su madre apagara las luces, y en cuanto pasó lo esperado, abrió la puerta comprobando que su madre ya había apagado todas la luces de la casa. Cerró la puerta con toda la serenidad posible para que esta no hiciera ni un ruido.
La pequeña Amee, ya toda una experta en vestirse por su propia cuenta, toma sus zapatos de charol blancos del ropero y un abrigo de seda rosa acurrucador que le llega a mitad de las pantorrillas. Ya con sus zapatos abrochados, los botones del abrigo abotonados, toma un listón y se ata la mitad de sus cabellos.
Estaba lista.
Sin poder esperar más, abre las puertas de su balcón, sube a la barandilla para luego agarrar una de las ramas del árbol que se encuentra justo al lado de ella. Poco a poco va bajando del manzano para por fin tocar el césped de su jardín.
-¡Lo hice!- Dice triunfante la pequeña en un susurro-. Oh, Amee, eres tan inteligente.- Se dice a si misma.
Deja atrás su casa. Corre por las calles de Londres, con el viento de primavera goleando su pecoso rostro. La luna se encontraba llena, dándole el toque final a su perfecta noche. Al llegar al circo, ve como ya no hay casi nada de gente entrado por la entrada de este. Nerviosa, agarra un mechón de cabello y empieza a jugar con él con ambas manos. Al acercarse al umbral de entrada, ve un gran cartel en la parte de arriba, tan llamativo como hermoso, pintado y decorado como la noche:
"Bienvenidos todos, Al Circo de Las Estrellas"
Era madera pintada del color de la noche, con pequeños puntos representando a las estrellas. Sin poder aguantar mas, entra.
La entrada llevaba a un pequeño espacio de tierra entre el umbral y el telón de circo, en donde se encontraban pequeñas cabinas en donde uno podía comprar recuerdos, comida y una en donde un gran letrero decía boletería.
Amee fue corriendo a la cabina de boletería, donde se encontraba una mujer de unos... parece de la edad de mi abuela, pensó Amee. La mujer se encontraba ocupada mirando sus uñas, las que Amee no podía ver por no alcanzar la pequeña ventana frente a ella, pero en cuanto la mujer vió a Amee dijo:
-1,91 boleto infantil.
-Mm, de acuerdo, ya se lo pago- Amee metió la mano en el bolsillo de su abrigo, cuando la sacó, su puño se encontraba llena de monedas- 1,89; 1,90; ¡1,91! Ya esta, tome.
La mujer estiró su mano para que Amee dejara todas las monedas en su palma, cuando la mujer revisó las monedas, empezó a hacer algo que a Amee no le importó mucho, hasta que la mujer habló:
-Disfruta del espectáculo, aquí tienes tu boleto- La mujer le entregó un pedazo de papel un tanto amarillento-, y aquí un regalo de parte del Circo de Las Estrellas, que lo disfrutes.- Vió que lo último que le había entregado la mujer era un chupetín de cereza, el cual guardó en su bolsillo un tanto desconfiada.
-Gracias- Dijo Amee, entrando al gran telón
Era mejor de lo que había esperado. Toda la gente estaba sentada en galerías en circulo, observando como un chico hacia malabares por el aire. El chico, que parecía un niño un poco mayor que Amee, se tomaba por cuerdas en el aire, dando vueltas y más vueltas. Toda la gente en ese lugar creía que el chico caería en cualquier momento, pero el chico nunca cayó.
El espectáculo termino mucho antes de lo que Amee hubiera deseado. Se paró de su asiento, lo cual, unos segundos después notó que fue un gran error. Tanta gente caminando tan apegadas unos de otros, hizo que Amee no pudiese ver por dónde iba. La gente era la que la guiaba, ella solo veía negro, por un momento tuvo miedo, nadie de ese montón de gente notaba su presencia, pero de la nada, siente como una mano rodea su pequeña muñeca, arrastrandola fuera de ese grupo tan grande se gentío.
Su vista tarda en acostumbrarse a la poca luz del lugar, pero poco a poco va viendo quien es la persona que está en frente suyo.
-¿Te encuentras bien?- Dice la voz de un niño.
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Nota de autora:El nombre de Amee, se pronuncia eimy.
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El Circo de Las Estrellas
Adventure"Pasen, damas y caballeros, vengan a disfrutar de las grandes presentaciones del espectacular ¡Circo de las Estrellas!" Sinopsis. Amee siembre a anhelado El Circo de Las Estrellas. Siempre a dicho que es como un sueño. Cuando crece y cree olvidarlo...