· || Bíceps || ·

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Sportacus estaba atrapando una pelota voladora de Stingy cuando su cristal sonó.

"¡Alguien está en problemas!" Lanzó la pelota a Ziggy y saltó a la pared más cercana, escaneando la ciudad. El alcalde no estaba "ayudando" a Bessie con nada, los niños estaban a salvo, incluso el gatito caminaba inocentemente por la acera. ¿Quién más podría haber necesitado su ayuda?

La respuesta lo golpeó con fuersa y el miedo se apoderó de su corazón, "Robbie..." Susurró.

Entre volteretas y preocupación, se dirigió hacia la guarida de Robbie. Una vez dentro, Sportacus encontró el problema de inmediato.

En medio del búnker estaba Robbie. Parecía estar sosteniendo una gran caja de metal que estaba inclinada hacia él en un ángulo peligroso. Cuando Sportacus aterrizó en la guarida, Robbie lo miró con grandes ojos y se agitó inútilmente.

"Ayuda", chilló, casi cómico.

Sin dudarlo, Sportacus saltó hacia adelante. Él plantó sus pies al lado de Robbie y se unió a los empujones. Juntos, hicieron que la caja cayera hacia el otro lado, lejos de los y al suelo con un golpe estridente.

Robbie estaba a salvo.

La caja había sido mucho más pesada de lo que pensaba Sportacus. ¿Cómo había estado Robbie sosteniéndolo solo? Se volvió, sin aliento, para hacerle esa misma pregunta a Robbie. 

Sus ojos captaron la respuesta.

Robbie no llevaba su atuendo habitual. En cambio, llevaba pantalones de chándal morados y una camiseta negra sin mangas. Allí, piel pálida de aspecto suave que se tenso sobre músculos fuertes y magros; nada tan llamativo como los propios de Sportacus, sino ligeros y discretos, pero adecuados para la agraciada complexión de Robbie.

Robbie, que vio a Sportacus mirando fijamente. Entre jadeos y alientos, preguntó: "¿A qué estás mirando?"

Sportacus abrió y cerró la boca varias veces, sin confiar en sí mismo para no soltar "¿Cuándo te volviste tan musculoso?"

En cambio, preguntó: "¿Estás bien?"

"Si, estoy bién. No creo que haya estado más feliz de escuchar el sonido de ese maldito cristal".

Sportacus se rió débilmente. No podía apartar la vista de los brazos de Robbie.

"En serio, ¿qué estás mirando?"

"¿Puedo sentir tus bíceps?"

"...Q".

Espera, no, lo dijo en voz alta.

"¡No importa! ¡Adiós Robbie, mantente seguro!" Y huyó.

Tras de él, haciendo un pobre intento de mantenerse al día con su paso, Robbie gritó: " Espera-- ¡Regresa aquí!"

[ Bíceps ] SportaRobbieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora