Sirvo el café en la taza y le agrego la leche con cuidado. Repito lo mismo en la taza de mi hermana, y tomo asiento.
Miro la televisión. De nuevo disturbios en Washington y protestas en Florida de parte de los extranjeros por la discriminación.
En mi barrio en el estado de Kansas, no pasa nada emocionante. Es lo mismo todos los días: a las siete de la mañana sale el señor Perkins a pasear a su insoportable caniche, que apenas salir empieza a ladrar con chillidos irritantes. Luego, a las diez, Sarah, mi vecina, va a la parada del autobús colocándose los auriculares. En mi casa mi madre sale a hacer las compras, y Katie (mi hermana) y yo nos quedamos haciendo las tareas de la casa hasta que me voy a la escuela con mi amigo Sam; ambos acompañamos a Katie hasta su colegio y luego nos vamos al nuestro.
En los fines de semana es lo mismo, sólo que Sarah no sale a la parada y ni yo, ni Katie, ni Sam, vamos a la escuela.
Pero este fin de semana es muy diferente.
Mi hermana está terminando de masticar su galleta, cuando entra mi mamá al comedor y me ordena, extendiéndome una tarta, ir a darle la bienvenida a los nuevos vecinos. No muy contento, termino mi leche y me levanto de la mesa. Tomo la tarta y me dirijo a la casa de al lado, donde hay un Mercedes Benz estacionado en la cochera.
Silbo en sorpresa mientras apoyo el dedo en el timbre. Este suena con una campanita agradable y siento pasos que se acercan a la puerta.
Entonces, la puerta se abre. Una muy bonita mujer me ofrece la más linda sonrisa que he visto en mi vida, y se aclara la garganta.
-Buenas tardes, querido -dice, con voz tranquila. Su tono es dulce y calmo mientras me mira a los ojos.
-Buenas tardes, señorita -le extiendo la tarta con extremo cuidado, y ella la acepta gustosa-. Mi mamá le envía esta tarta de manzana para darle la bienvenida al vecindario.
Ella suelta una risa suave y apoya su mano en mi hombro.
-Puedes decirme Johanna. Y dile a tu madre que muchas gracias por la tarta y por enviar a alguien tan educado a mi casa. ¿Quieres pasar?
Su tono vuelve a ser tan dulce que no me queda más remedio que aceptar.
-Por supuesto -murmuro, y entro con sigilo a la casa. Huele delicioso, a frutas y flores. El ambiente es agradable, y hay colores cálidos en todos lados.
-Mi hijo Logan está en su habitación, ¡le encantará tener un nuevo amigo! No es muy sociable, ¿sabes? Prefiere leer a salir a caminar o a ir a un baile. ¡La noche del baile de graduación se quedó en casa haciendo tarea de Matemáticas! Es un chico muy inteligente, y me gusta. Pero detesto que no vaya a ningún lado y que no haga amigos.
Asiento.
-Poniéndome en sus zapatos, Johanna, debe ser terrible.
-¡Lo sé! -sube un par de escalones, y grita-: ¡Logan, amor! ¡Vino un chico, tiene tu edad! ¡Se llama...!
-Kendall.
-¡Kendall! -termina de decir.
Siento una puerta abrirse.
ESTÁS LEYENDO
Nuevo vecino.
FanfictionHistoria corta. Kendall vive muy tranquilo con su madre y hermana en Minesotta. Una tarde llega un nuevo vecino al lado, que resulta ser más rápido que lo que Kendall piensa.