Parte uno.
Como toda las historias empiezan con una bonita frase o demás, la mía no es así, me encuentro en mi cuarto unas pocas semanas para mudarme a un nuevo hogar, amigos, gente nueva que conocer, estoy acostada en mi cuarto mirando el techo y diciéndome miles de veces “todo estará bien”, “nadie te lastimara tus sentimientos”, “ iras bien en tu nueva prepa”, “nuevos chicos que me conocer” me reí cuando pensé la última, realmente no creo encontrar a alguien mejor que Seth, él me ha ayudado a estar mejor, puedo contarle como me siento aunque se encuentre a unas horas lejos de mí que no puedo abrazarlo ni menos besarlo ya que no somos nada, cuando platicamos estoy bien y no me siento depresiva, todavía no me voy y estoy encerrada en mi pequeño mundo llorando diciéndome frente al espejo porque diablos no sales con tus amigos, los cuales se juntan te invitan y dices un “no, no puedo tengo que empacar” o “ mañana estoy cansada”, creo que son ingenuos y no se dan cuenta que quisiera que vinieran a mi casa y me sacaran de este pequeño mundo del cual ahora se convierte en un espacio donde solo lloro, y claro no he mencionado a mis padres diciendo “Heather estas enferma” ”te sientes bien” “hoy no saldrás”, me burlaba de ellos que no me miraban como me estaba muriendo en mi propio silencio, que quería salir a gritar o correr, y esos bailes que daba de diversión con mis amigas, esas pijamadas que no las cambiaba por nada, o ese vamos y yo iba, ahora me encuentro sentada en cama esperando a que el me conteste y me anime, odio completamente saber que no puedo dejar de hablarle ya que él es 4 años más grande, si te sorprendiste tiene 19 años él estudia y a veces me pregunto porque diablos no deja de hablarme, él tiene cosas que hacer no estar aguantando a una chica que está en depresión, por algo que él no debería estar lidiando con mis problemas pero, ¡Dios mío! él es con quien más confió en tampoco tiempo y tristemente estas vacaciones que pasaron yo todavía no le hablaba y quien sabe que tantas cosas podríamos hacer juntos, reír, jugar, charlar, dar la vuelta escuchando música de la cual coincidimos, pero siempre solo nos mirábamos y solo un “hola” por compromiso ya que mis papas conocían a los suyos, claro siempre todos los días en esas vacaciones carnes y carnes asadas siempre, el asistía regularmente a todas recuerdo que tomaba una cerveza pero tranquilo y no demasiadas, me reía porque yo las necesitaba, dicen que con el alcohol olvidas todo, en esos instantes lo ocupaba, lo mire riendo con todos y de repente me miro yo no sabía que hacer solo sonreí y volteé a Skyle que estaba a mi lado, creo que me veo egoísta al no hablar de ella, la cual fue mi otro bastón, no salía de mi casa y obviamente la quiero mucho siempre todas las tardes se encontraba enfadándome viendo “The vampire diaries”, creo que al recordar mis ojos se humedecen y salgo de mi cuarto para ir al baño, a lavarme la cara y ahí me encuentro viéndome como mi cara ahora esta pálida con ojeras y lo peor mi cabello rebelde, estaba harta de encontrarme así, miro mi rostro donde está mi sonrisa ¿Dónde? ¿Dónde?, es cuando salgo de mi cuarto con lágrimas corriendo en mis mejillas y voy por un vaso de agua, agarro unas pastillas de mi madre para dormir corro a mi cuarto llego cierro la puerta, no había nadie estaba sola en mi casa, mis manos tiemblan cuando estoy agarrando pastillas tirándolas a la cama, pienso “Que diablos estás haciendo Heather” “ No como se te ocurre” “Pide ayuda” y obviamente no faltaba el diablito de mi cabeza que decía “Tómalas” “te hacen falta” “no pidas ayuda” “las ocupas”.