veranoૢnamminૢ

único

Odiaba el verano. Resfriarse por pasar todo el día delante del aire acondicionado, sufrir lenta y tortuosamente al sentir que te derrites tal cual helado. Ni siquiera el postre se escuchaba tan tentador como solía serlo. Acostumbraba comerlo a un lado de mi ex novio, aquel que en la actualidad solo era un tonto más del montón para mi pequeño círculo de amigos.

Él fue tan malo, tanto como los demás chicos. Sabía que no era el indicado cuando eligió el sabor chocolate sobre el de fresa.

Enserio, ¿quién hace eso? Demonios, qué tipo tan maniático, no me imagino qué habría sido de mí si la relación hubiera durado más de dos meses, seguramente ahora estaría vuelto todo un loco al igual que él. Además, nunca logró entender mis actitudes de actor profesional, no captaba cuál era la diferencia entre el sarcasmo a la hora de una simple broma o la realidad.

Al menos YoonGi hyung soportaba todas y cada una de mis cualidades, incluyendo ahí mis pequeños dramas, porque de ser lo contrario en definitiva permanecería solo el resto de mi vida.

Todos a mi alrededor sabían cómo era la situación una vez que me veían a un lado de un chico lindo; conocen la manera en que me encapricho con alguien, para después botarlo de mi vida tanto amorosa como sexual sin previo aviso.

Eso me recordaba a nueva cuenta el rencor que surgía en mi corazón en esta estación del año; definitivamente odiaba el verano. Tener que soportar al paliducho junto a su melosa pareja mientras ellos sí disfrutan su helado, teniéndome a mí como la tercera rueda de una bicicleta un pelín inusual.

Los hyungs delante mío eran empalagosos, igualando el aderezo de vainilla encima de la montalla cremosa.

Por si no quedó claro; odiaba el verano, y todo lo que con lleva, incluído los amores cortos y largos que se creaban en él.

—¿Te das cuenta cómo tu cabello te hace lucir todavía más tierno al comer helado de menta? ¡Solo mírate, combinan a la perfección! —Mientras Jung hablaba no paraba de tocar la nariz hecha bolita del mayor tal cual botón, que junto tal acto y los bonitos cumplidos logró volver el rostro del contrario en un rojo tan intenso como el de la cereza que descansaba encima del pastel de chocolate que estaba continúo a ellos.

Asqueado ante tantas cursilerías automáticamente solté:

—HoSeok hyung, ya todos escuchamos por quinta vez consecutiva cuán lindo se ve YoonGi, creo que quedó claro —hablé dirigiéndome al perirrojo, quien paró de dar mimos al rubio situado a su lado y formó un triángulo a la inversa con sus labios. Por otra parte, su novio frunció el ceño ante mis palabras.

—JiMin ah, ¿qué te he dicho sobre hablarle así? —reprochó con el semblante fruncido, viéndose nada intimidante gracias al sonrojo que aún permanecía en su cara.

—Ah, no es mi culpa que ustedes me hayan arrastrado hasta aquí —respondí desinteresado. Tomé la cuchara que reposaba en la mesa para después comer un pequeño bocado del recipiente. Un sabor dulce recorrió mis papilas gustativas al instante.

—Tú viniste de colado —YoonGi finalizó sus palabras aplanando sus labios, a lo que HoSeok rió tiernamente, dándole la razón.

—No quisiera ser grosero, pero así fue —El pelirrojo habló con una tímida sonrisa en sus labios.

A lo que abrí los ojos y boca en demasía— ¿Ustedes me están corriendo?

—Para nada JiMinnie, solo que hace tiempo HoSeok y yo no salimos como pareja —habló el de cabello menta queriendo llegar al mismo punto, solo que suavizando sus palabras en una ligera indirecta.