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d I e Z

Jaehyun caminaba lado a lado con Doyoung, su yo interno le decía que debía mantenerse sereno, pero lo rojo de sus mejillas delataba lo nervioso que estaba. Fue cuando su hyung comenzó a hablar, que esa sensación de incertidumbre se fue desvaneciendo.

-No tengo la menor idea de qué le suceda últimamente a Taeyong, siempre creí que jamás lo vería así de asustado con la presencia de alguien que conoce muy bien.

Así que él también se había dado cuenta. Jaehyun había visto la silueta de su amigo entre los arbustos de la universidad, tratando de ocultarse lo más posible, fue obvio que Ten también trató de pasar desapercibido, pero dudaba que haya tenido efecto.

-Supongo que es más que obvio, Taeyong hyung se pone nervioso muy fácilmente aunque trate de ocultarlo.

-De alguna manera me frustra que no hablen de sus sentimientos, es algo irritante.

De la mente de Jaehyun desaparecieron sus dos amigos cuando Doyoung dijo eso último, ahora aparecía la idea latente de que él tampoco hablaba sobre lo que sentía.

Llegaron al restaurante más pronto de lo que ambos hubieran deseado, el camino no era nada largo, pero estar frente a frente aún les daba esa sensación de timidez, que ninguno era capaz de disimular al 100%, aunque Doyoung tratara de cualquier manera posible.

-Supongo que les debe de ser difícil, ya sabes, hablar de sus sentimientos. Han sido amigos desde siempre, y muchas cosas pueden salir mal en una relación.

Doyoung suspiró pero no respondió, abrió la puerta del establecimiento y la sostuvo para que Jaehyun entrara primero, agradeciéndole el gesto, así lo hizo. El lugar era amplio, daba ese aspecto de ser un lugar realmente elegante o caro, aunque no lo era tanto. A Jaehyun le gustaba lo cálido que se ponía en invierno o el ambiente fresco que daba en verano, además de la comida que era deliciosa.

-Uh, ya que necesitas que te diga algunas recomendaciones, es difícil escoger el mejor platillo de aquí porque todo es buenísimo, pero dependerá de tus gustos y a quién quieras traer aquí-habló animado después de escoger una mesa, pero esa última frase, le hizo apagar ese brillo que anteriormente habían mostrado sus ojos.