3 veces en que Stephen intentó besar a Tony | Ironstrange

Tony

Temprano por la mañana, Stephen se encargó de guardar dentro de su mochila y junto a sus propios libros y libretas, el libro que Tony había olvidado en su casa el día anterior.

Ahora estaba más que nervioso por volver a verlo, había intentado besarlo de nueva cuenta y al parecer esta vez Tony había entendido que eso era lo que quería. Solo esperaba no haberlo arruinado, lo que menos quería era alejarlo después de tener una buena amistad como la suya.

Trato de ignorar el sentimiento de nervios y miedo, tomando una ducha y centrando su atención en prepararse para asistir a clases ese día.

El día anterior, cuando Tony llegó a su casa tuvo una plática con su padre en la que el hombre no dejo de hablar sobre los asuntos de la empresa, con intención de hacer que Tony comprendiera un poco más de como funcionaba pero lo único que había logrado era abrumarlo, así que cuando por fin la platica, en la que en realidad no participó mucho, subió a su habitación y se tiró en la cama.

No tarde mucho en recordar la cercanía que Stephen había tenido con él antes de que tuviera que irse deprisa, olvidando su libro.

El castaño solo sonrió y enterró su rostro en la almohada. Para él era más que obvio que Stephen lo miraba de una manera diferente desde hacía un tiempo pero no había querido mencionar nada de aquello y solo actúo como si no se hubiera dado cuenta.

Tony esperó por Pepper en la entrada de la Academia, siendo esquivado por otros tantos estudiantes que entraban al edificio, la mayoría conversaba con sus amigos, otros centraban su atención en el teléfono que tenían en sus manos o simplemente escuchaban música a todo volumen mientras miraban al frente, unos pocos cargaban con un libro de su gusto, leyendo mientras trataban de no chocar con nadie.

Vio a la chica de cabellera rubia y ojos azules avanzando hasta él y le sonrió en saludo, gesto que fue correspondido de inmediato por la chica y entraron juntos.

Usualmente Stephen siempre llegaba más temprano que ellos dos y se les había hecho costumbre verlo ya adentro de la institución, así que avanzaron hasta los casilleros y ahí pudieron ver al pelinegro, preparándose para su primera clase.

Pepper se adelantó para saludar a Stephen y después buscar su propio casillero. Tony terminó el resto del trayecto sólo, hasta detenerse junto al más alto.

  - ¿Sabes? Creó que tienes algo para mí-. Su rostro se veía adornado por una sonrisa cautivadora y la diversión era palpable en su tono.

  - ¿Algo?-. Preguntó siguiéndole el juego al castaño. -Mmm, no, no lo creo-. Respondió buscando en su mochila y sacando el libro que le pertenecía al otro. -En realidad si tengo algo, pero no es para ti-.

  - ¿Para quien más podría ser?-.

  -Un chico algo bajito, castaño y adorable. Estuvo ayer en mi casa y olvidó esto-. Explicó moviendo el libro frente a él.

  -Muy gracioso Stephen-. Tomó el libro que estaba frente a su rostro. -Gracias...-. Después de eso, guardo un par de libretas en su casillero.

  -Si vuelves a olvidar algo, se lo daré a otra persona-.

  -No te creo capaz, siempre me lo devuelves-.

  -Trato de ser buena persona, Tony, pero todos tienen un límite-.

  -Creo que aún no llego al tuyo-. Le guiño de manera burlona. -Aunque quisiera saber si en realidad tienes alguno, eres muy paciente-.

  -Si no lo fuera ya te hubiera...-. Las palabras fueron olvidadas cuando recibió los suaves labios del castaño contra su mejilla.

  -Nop, creo que a mi me tienes paciencia por algo especial y me la tendrás por un buen tiempo-. Murmuró separándose y le sonrió.

  -Tony... yo...-.

  -No hace falta que digas nada, vamos por Pepper o llegaremos tarde a clase-.

El chico avanzó, dejando a Stephen atrás, quién sonrió y le siguió poco después, con un suave sonrojo y tocando la zona en la que Anthony le había besado.

Había sido un beso corto y en la mejilla pero solo eso significaba mucho para el pelinegro.