❂【6】❂

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Una tortura, así lo describiría ChenLe.

Pasó una semana desde que no supo nada del alfa y su corazón seguía sintiéndose torpe, pero para peor de los colmos... DongHyuck no dejaba de llamar por JiSung y se enojaba al no tenerlo cerca.

En el trabajo podía verlo, recibía pequeñas miradas de decepción y ciertamente lo comprendía.

No quería admitirlo, pero se arrepentía. Tal vez no por dejar todo tirado sino por si no intentarlo.

— DongHyuck, vamos, colabora un poco cariño, llegaremos tarde. — Pidió frustrado colocándole un zapato al pequeño.

Sin embargo, DongHyuck seguía sin cooperar y tuvo que parar para respirar profundo y no romper a llorar.

— Bebé, iremos al trabajo de papi, ¿Qué pasa? ¿No quieres ver al tío Nana? — Preguntó tratando de comprender.

— Quiero poito. — Puchereó refiriéndose a JiSung.

— Pollito, nene. — Corrigió enternecido. — Y es el señor Park. Y no, no podemos verlo, está ocupado. — Buscó una excusa.

Hoy era domingo, un gran día para querer morir. O así lo veía el omega. DongHyuck no tenía guardería ese día y desafortunadamente él tuvo que trabajar un extra junto con sus compañeros ya que la revista recibió gran material y un editor no podía hacer falta. Llamó para pedir permiso y llevar al menor. Antes ya lo había hecho y agradecía que una de sus jefas, NaYeon, no fuera para nada molesta y por el contrario encontrara mucha ternura en su bebé.

Cuando por fin pudo alistar a DongHyuck, caminó con el niño de la mano y saludó cortésmente a los trabajadores. La oficina de JiSung estaba un par de pisos arriba, por lo que no se preocupó en encontrárselo.

Cuando JaeMin los visualizó a lo lejos ahogó un grito de sorpresa. ChenLe estaba vestido casual, con unos jeans apretados, su gorra, un saco y sus lentes. El frío invierno lo acabaría.

NaYeon se asomó para abrazar al chiquito con una gorra y el saco puesto. Era ropa cara, casi le costó un riñón, pero agradecía al de arriba por darle el dinero para comprarlo y con eso se refería a JiSung. Bueno, debía admitir que combinó sus ropas para que hicieran juego, ¡Pero es que él amaba invertir en su retoño!

— No puedo más, ChenLe, ¡Son bellísimos! — DongHyuck sonrió risueño y NaYeon se lo pasó a su padre. — Ponte ahí, les tomaré una foto.

Se sentía satisfecho, pese a que su color se estaba perdiendo y debía ir a un salón de belleza con urgencia, ChenLe recuperaba la autoestima cuando personas amables le confesaban su admiración o le brindaban buenos deseos. 

Si el mundo entendiera cómo un simple comentario podía afectar o mejorar a los demás... Las bocas se usarían solo para compartir maravillas y no idioteces impopulares que nadie pregunta. 

— ¡Sensacionales! Me encantan, quiero uno igual. — Chilló la omega castaña causándole una carcajada.

Bajó a DongHyuck cuando estuvieron en su espaciosa oficina y ahí en la alfombra de terciopelo le entregó un cuaderno y colores para que se entretuviera, había olvidado por completo cargar con un juguete para él y se sentía culpable al notarlo aburrido.

Dos horas después, JaeMin ingresó con una cara de pocos amigos.

— Adivina quién te necesita arriba. — Masculló estresado— NaYeon está irritante, dice que nadie puede hacer el trabajo como tú y que necesita una opinión al respeto.

— Subiré enseguida, ¿Lo cuidas? — Señaló a DongHyuck y Nana asintió.

Entró en el elevador y al salir encontró a NaYeon halándose el cabello.

𝐂𝐇𝐀𝐈𝐍 ❂【JiChen/ChenSung】❂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora