Un postre realmente amargo.

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Vacaciones

El peli negro salió corriendo de su casa al parecer sin una ruta fija, él tiene un buen desempeño físico suele correr en las mañanas para despejar su mente y en esta ocasión nada fue diferente. Solo dejaba que su trote lo llevara a algún lugar su mente estaba nublada, cada vez más hastiado de su realidad no era fácil vivir en su casa, él estaba corriendo como si su vida dependiera de ello, como si estuviese a punto de ser atrapado, como si en ese momento no existiera nada más estaba haciéndolo en piloto automático.

Estaba llegando al parque que con frecuencia visitaba y ya se sentía la calma del lugar, pero no se percató de que sus pies se doblaron... trató de colocar las palmas de sus manos para que el golpe no fuera tan fuerte y lo próximo que supo fue que estaba tirado en el suelo del parque. Sentía el sabor amargo en su garganta que se volvía un dolor nada placentero haciéndose un nudo y ya las lágrimas estaban brotando de los ojos de Min.

Al parecer nadie lo había visto caer, lo cual agradeció porque no quería toparse con ningún extraño para que lo ayudara y le hiciera preguntas tontas que no deseaba responder, como pudo trato de levantarse reposando su tronco sobre sus brazos y con sus manos laceradas intento levantarse, pero antes hizo un puño y maldijo hacia sus adentros, tomando la fuerza para ponerse de pie y empezar a recoger su mochila y su teléfono que estaban a unos escasos metros de distancia, emprendió una caminata lenta hasta que encontró su banca favorita del parque en la cual se sentó a esperar que la descarga de adrenalina bajara un poco.

Bajo su mirada y extendió sus manos para observar que tan mal estaban, pero solo eran unas pequeñas heridas y no se molestó en secar sus lágrimas, así que tomó sus audífonos y empezó a escuchar su música favorita, algo que G-Dragon sabía hacer muy bien era darle fuerza al joven Yoongi, cerro sus ojos y posó su cabeza en la banca y solamente se concentró en escuchar las letras de esas canciones, solamente se relajó y se concentró en su respiración sin que nada más importase en ese momento, porque era su momento.

Sin darse cuenta el peli negro se había quedado dormido, cuando despertó ya estaba cayendo la tarde, miro la hora y eran las 6:35 ya casi era la hora de la cena, pero no apresuro su paso porque sabía que nadie lo esperaba en casa y a su familia no le importaba mucho la hora de llegada de Yoongi, la había pasado muy bien el parque y se sentía mucho más calmado y con su mente mucho más clara. A pesar de sus circunstancias él es un joven muy inteligente, pero la inseguridad y el miedo siempre reinaban cuando tomaba una decisión o estaba una situación fuerte.

Así paso el rato caminando y sin darse cuenta había llegado a su casa, antes de tomar las llaves para abrir la puerta tomo una bocanada de aire bastante profunda pero no había terminado de entrar a la casa cuando un sin fín de olores deliciosos entraron por su nariz, estos olores lo trasladaron a su infancia, recordando cuando su familia era unida y no existían dolores la verdad eso parecía el paraíso. Adentrándose en su hogar, vio a su madre en la cocina con el delantal que solo usaba cuando preparaba la comida de ocasiones especiales,

-¡Mi hijo Min Yoongi!, dijo con alegría su madre Soo- he, y le dio un fuerte abrazo a su hijo, que llego hasta el alma del peli negro.

-¿te alegra verme ahora? Irrumpió Min.

-¿Cómo dices eso, niño grosero? Como no voy a estar feliz de que estés aquí.

A Yoongi le pareció algo falsa la aptitud de su madre, presentía que estaba tramando algo, pero prefirió no hacer caso a ese pensamiento y decidió seguirle la corriente a ver hasta donde llegaba todo.

-N..o.. era eso madre, me sorprende un poco todo esto.

-Pues no hay nada que deba sorprenderte, eres mi hijo y te quiero.

un pedazo de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora