I almost do -OS-

788 39 1
                                    


Me sentía traicionada.

No era la primera vez, pero estaba decidida a lograr que fuera la última. Estaba harta, harta por fin. No iba rogarle por una explicación como siempre lo hacía. No iba a correr a sus brazos y hacer como si nada hubiera pasado mientras le dejaba tocarme y decirme que lo sentía.

No iba a llamarla.

Aunque casi lo hago.

Decidí dormir ya que llevaba bastante tiempo sentada en el sofá viendo hacia la blanca pared. Sin expresión alguna, no había nada que pudiera definir como me sentía. No quería llorar, no por ella.  Ni siquiera merecía ese privilegio si después de todo, era mi culpa.
Fui a mi habitación y me recosté lentamente mirando hacia el techo tratando de no ahogarme en mis propios pensamientos. Al día siguiente iría a ver a Jade, pero no con la intención de pedir perdón o una explicación. 

Desperté al siguiente día y me bañe, vestí y desayune como normalmente hago todos los días. Ya lista tome las llaves de mi coche y salí de la casa con un destino definido. Su casa. Durante el trayecto, flashbacks llegaron a mi, como proyecciones de tu película favorita, no podías evitarlo porque te hacían reír o llorar.

"-Estás roja.- me dijo riéndose mientras besaba mi nariz. Miré alrededor, estábamos en una entrevista si es que se le puede llamar así ya que la mitad de nosotras no estaba hablando. Todos estaban fijos en Jesy que respondía a una pregunta que no alcancé a escuchar, mas de vez en cuando unos cuantos ojos curiosos revoloteaban hacia la castaña y yo.

-No es cierto.- espeté en voz bajita. Yo nunca me sonrojo.

-Pareces una manzana. Eres una bonita manzana.-dijo sonriendo un poco.

-Por supuesto, si yo fuera una manzana seria la mas hermosa de las manzanas, Jade. Nadie puede negar eso.- dije cambiando mi posición en el sofá que las cuatro estábamos compartiendo y le di la espalda levemente.

-No cuenta si tu madre te lo dice.- musitó en mi oído. Fruncí mas el ceño, ella me miró y rió un poco. Me concentré en Leigh-Anne que hablaba sobre el nuevo álbum y me sobresalté cuando sentí las manos de Jade en mis hombros, me dio vuelta de manera discreta y dejó un pequeño beso en mi hombro. Sentí como mi rostro se calentaba y me empezaba a sofocar un poco a medida de que varias miradas se dirigían a nosotras al ver como Perrie Edwards se sonrojaba por segunda vez en su vida.

I Almost Do - OS-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora