Stepping Stones (Kevamie) (En Español)

Capítulo 3: Corazón Corredor

   

Resumen:

Cuando Kevin lleva a Jamie a una de sus carreras de resistencia, se queda recordando las últimas semanas que ha tenido con Kevin, y comienza a preguntarse qué tan lejos planean llevar esto.

Pero las noticias inquietantes de Beach City pueden probar acortar el romance antes de que realmente pueda comenzar.
 
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Habían pasado semanas desde el Festival de Otoño, y entre esa fecha y ahora, con Kevin conduciendo con Jamie hasta los acantilados con vistas a las luces parpadeantes de Beach City para darle al cartero un asiento en la primera fila para que participe en una carrera de resistencia, un evento frecuente. Actividad suya que Jamie aún no había visto en persona, habían sucedido muchas cosas.

Por ejemplo, si Jamie pensó que Kevin sería menos coqueto a través de sus mensajes de texto de lo que era en persona, estaba tristemente equivocado. Aunque el joven actor admitiría que estaba feliz de estar equivocado, por una vez. Al menos detrás de la pantalla de su teléfono, no tuvo que intentar ocultar su sonrojo.

Sus conversaciones duraron hasta bien tarde en la noche, manteniendo a Jamie despierto más tarde de lo que nunca se atrevió, y su trabajo le obligaba a levantarse temprano. Pero no podía obligarse a quejarse.  ¿Cómo podía quejarse cuando sus mensajes de ida y vuelta lo dejaban sonriendo como un idiota, riéndose de los comentarios que Kevin haría y llenándolo con una especie de energía que no había tenido en mucho tiempo? Se había convertido en una especie de juego, ver quién se quedaba dormido primero en medio de sus mensajes de texto. Kevin generalmente ganaba, pero a Jamie le pareció una gran victoria cuando sobrevivió al otro joven.

Sus mensajes de texto tampoco se limitaron a la noche. Durante todo el día, y mientras trabajaba, Jamie podía esperar tener noticias de Kevin, preguntándole qué tan lejos estaba en su ruta, cuándo esperaba terminar y los días de sus citas, recordándole cuándo y dónde estar.  .

Sus fechas

Jamie sonrió para sí mismo, observando las brillantes estrellas en forma de diamante en el cielo mientras Kevin conducía, dejando que su mente volviera a las semanas anteriores mientras colocaba una mano sobre su pecho, sintiendo el latido acelerado de su corazón.

Había tres cosas en particular que Jamie recordaba especialmente. Hubo pequeños momentos, como que Kevin se uniera a él en los muelles después de que terminara su ruta y caminara para mirar el océano con él. O almorzar con él cuando tomaba breves descansos en días particularmente largos. Pero Jamie no estaba pensando en esas fechas oficiales.

Pero con respecto a sus fechas reales, Jamie no podía recordar la última vez que se había divertido tanto.  Las experiencias fueron nuevas y emocionantes, al igual que el propio Kevin.

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La primera cita, la discoteca, había puesto nerviosos a Jamie en algo feroz. Había tratado de convencer a Kevin varias veces para que cambiara de opinión, pero el otro hombre estaba decidido a ir allí, insistiendo en que Jamie se divertiría, se aseguraría.

Jamie se enteró de que Kevin era muy terco, pero al menos su confianza alivió un poco su preocupación.

Eso fue hasta que Jamie se encontró de pie, incómodo, frente al viejo almacén, con las luces parpadeando desde sus ventanas desmoronadas y la música electrónica sonando hacia él en una helada ráfaga de viento. Todo el tiempo negándose absolutamente a moverse una pulgada, sin importar cuánto Kevin intentara persuadirlo.

Esto fue un error, fue un gran error. ¡Jamie no pertenecía aquí! ¡No fue a clubes, bailes u otras salidas similares! En noches como esta, estaba mucho más feliz acurrucado en su sofá, atiborrándose de helado mientras miraba una de sus películas favoritas por centésima vez: La princesa prometida o Bringing Up Baby. ¡No esto!