이; 2

1.5K 170 18
                                    

El sonido repetitivo de un reloj junto con el martilleo que era causado por un dolor de cabeza, podría considerarse como lo que menos me dolía cuando pude recobrar la conciencia. Parpadeando un poco y maldiciendo al mismo tiempo, me senté sobre la mullida cama. ¿Qué había hecho para tener tanto dolor? 

Al abrir los ojos, encontré mi respuesta. 

No estaba en mi pequeña habitación, sin duda alguna yo jamás escogería un color verde limón como ropa de cama. Una maldición nueva brotó de mis labios cuando me moví demasiado brusco. Sin embargo, eso no me detuvo en escanear la habitación en donde me encontraba. 

Por el momento, estaba en una cama que presumía ser matrimonial, con ropa de cama de un horrible color verde. Un escritorio lleno de libros y un ropero de color café que hacía juego con la decoración a un lado. La habitación era cuatro veces la mía sin duda alguna. Unas cortinas de color gris impedían el ingreso de la luz natural, aunque podía ver unos pequeños destellos por entre las telas. 

Mis ojos se abrieron de par en par. ¡Luz natural! Era de día, Jimin y Junhyun iban a matarme. 

Aunque bueno, no si antes lo hacía quien sea quien me tuviera aquí capturada. Lo último que recordaba de mi valiente noche, era el ataque del miserable de Jeon. Es por eso que, si se trataba de él, tenía que protegerme con lo que sea. Mis ojos escanearon toda la habitación cuando escuché pasos que iban hacia arriba, más en concreto, hacia donde yo me encontraba, hasta que di con el arma perfecta. Estaba herida, pero moriría antes de ser más una víctima. 

―¡Guau! ―exclamó, para mi sorpresa, un chico con el cabello a rapa con ambas manos alzadas, la ropa que tenía en estas cayó al suelo ―. Baja esa lámpara, ¿qué haces? Escucha, no quiero lastimarte, ¿bien? De quererlo, ya lo habría hecho antes, ¿no te parece? Además, vas a lastimarte más de lo que estás.

―¿Quién eres? ¿Dónde estoy? ¿Por qué estoy aquí? ―escupí las preguntas que bombardeaban en mi cabeza, el chico que estaba frente a mí, con movimientos lentos, se agachó para coger la ropa que había caído al suelo. 

―Mi nombre es Kim Seokjin, estás en mi piso y estás aquí porque te he curado la paliza que te dieron los amigos de Jaehyun. 

Al escuchar el nombre del maldito Crow, cada uno de mis músculos se tensaron. Y al parecer él lo notó, porque volvió a abrir la manos en son de paz una vez que dejó la ropa en el escritorio a un lado de él. 

―Sí, soy un Crow, pero... no soy esa clase de Crow. No voy a hacerte daño ―repitió. 

―¿Y cómo piensas que voy a creerte? Los Crow son manpuladores y mentirosos por naturaleza. 

Mi comentario pareció ofenderle, porque en un abrir y cerrar de ojos él comenzó a exclamar sin tomarse un respiro ―: ¡Yah, todavía que te rescato de Jeon Jaehyun, te cargo cinco manzanas hasta mi casa, te subo por las malditas escaleras y curo tus heridas tú no crees en mis palabras! ¿Cuánto crees que alguien de mi especie haría por ti? ¿En realidad crees que Jeon Jaehyun se tomaría la molestia de llevarte a urgencias después de casi matarte? 

Sus duras palabras me dejaron congelada. Tenía razón, toda la maldita razón. Ningún Crow habría hecho esto por un Moon que estaba agonizando en el suelo por culpa de un Crow. Es más, habrían sido cómplices de lo sucedido de haber estado cerca. 

―Lo siento ―expresé avergonzada, bajando por fin la lámapara. Me sonó demasiada amarga amarga la disculpa y no era porque yo fuera una orgullosa de mierda, sino porque no estaba acostumbrada a disculparme con Crows, sin importar la situación ―. Entonces, si tú me rescataste, ¿sabes dónde está mi móvil? 

Ukiyo¹ | ʲᵘⁿᵍᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora