Prólogo

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Días después de la boda de Vee

-Vee, prométeme que te la pasaras de lo mejor -mis ojos empezaron a lagrimear. Mi mejor amiga, recién casada y muy feliz. Estaba muy orgullosa de ella porque a pesar de haber sufrido la muerte de Scott, ella salió adelante, aunque en el fondo se, que ella lo extraña mucho.

-Estas más nerviosa que yo Nora -soltó una risa que ni yo pude contenerme -Estaré de regreso en una semana, o tal vez en dos jiji -lo dijo con una sonrisa guasona, algo me decía que Gavin le tenia preparado una luna de miel de ensueño.

Me limpie las lagrimas que aun quedaban en mi rostro.

Vee tomo su maleta y yo le ayude con una mochila que llevaba.

Gavin ya la esperaba afuera de su departamento, el pobre se miraba muy nervioso, pero lo disimulaba con una sonrisa llena de nervios, creo que lo de casarse aun no se lo creía y menos con alguien como mi mejor amiga... una nefil.

Ya habían pasado mas de dos horas, echaba de menos a mi mejor amiga, pero sobre todo a Patch.

Me dijo que tenia que arreglar unos asuntos con los arcángeles, no quería contarme nada aun ya que no estaba muy seguro de lo habría pasado, en cuanto supiera algo me lo diría.

Había pasado mas de cinco horas desde que se fue y ya echaba de menos su olor, sus ojos negros, sus besos, definitivamente todo de él. Aún estaba muy agradecida con el detective (o, mejor dicho) el arcángel Basso, por dejar que Patch por fin sintiera y que nuestro amor por fin se cumpliera.

De tanto extrañar a Patch decidí dormir en la cama de Vee, me dejo a cargo de su departamento y me dijo que podía hacer lo que quisiera, pero siempre y cuando molestara a los vecinos.

A Vee siempre se le ocurrían muchas cosas, pero aun así la quería demasiado.

Poco a poco mis ojos se fueron cerrando y entre en un sueño tan profundo que lo sentí tan real.

Aparecí en el mismo panteón donde aparecí después de haber sido secuestrada por Hank, mi padre biológico, estaba con la misma ropa que me había puesto para el duelo con Dante (aun me repugnaba pronunciar ese nombre) y era de madrugada. A lo lejos empecé a oír voces, pero esas voces pronunciaban mi nombre -Nora, Nora -mi piel se puso de gallina, pero no podía hablar, era como si mi voz se hubiera ido.

Me dispuse a ir hacia donde provenían las voces, pero estas cada vez se alejaban. Me detuve en frente de una lapida y tenia el nombre de Scott, mis lagrimas empezaron a salir, pero no podía hablar mucho menos llorar.

Delante de mi se detuvo una sombra, no pude distinguir bien su rostro.

-Aun no hemos acabado Nora Grey -y se fue sin dejar rastro.

Me desperté exaltada y con sudor, ese sueño lo sentí tan real que empecé a llorar. ¿Quién habrá sido el gracioso que me dijo eso? ¿Qué gano con hacer eso?

- ¿Qué pasa, Ángel?

De lo exaltada que estaba no me había dado cuenta que Patch estaba sentado a un lado mío en la cama, al verlo, no dude en abrazarlo fuerte y llorar. Ver una lapida con el nombre de Scott era lo que más me dolía. Aun estaba agradecido con el por haber arriesgado su vida para salvarme.

Me quede abrazada de Patch por unos segundos o tal vez minutos, el tiempo con el no importaba, pero estaba segura que se quedó preocupado por verme así.

-Soñé horrible -lo dije con una voz temblorosa y limpiándome las lagrimas -Soñé que estaba en el panteón de Coldwater y no podía hablar -Patch se quedó mirándome fijamente, pero sabía que estaba poniéndome atención -Y de pronto escuche voces que decían mi nombre a lo lejos, de pronto empecé a correr detrás de las voces y me pare en frente de una lapida con el nombre de Scott -se quedó sorprendido pero siguió prestándome atención -Empecé a llorar pero seguía sin poder gritar ni hablar y de pronto se puso una sombra que no podía distinguir bien en frente de mi y me dijo que aún no hemos acabado.

Patch se quedo aun mas serio, pero sorprendido de más, sabía que lo que le conté era algo que los mismos arcángeles querían hablar con él.

-Ángel -Patch me acomodo los pocos mechones que tenía sueltos detrás de la oreja -Mientras yo esté aquí, no te pasara nada -me dio un tierno beso en los labios -Hay problemas con los ángeles caídos, pero los arcángeles se están encargando de ello -lo dijo tan tranquilo, pero en el fondo sabía que estaba preocupado.

Sabia que a pesar de acabar con la hechicería diabólica seguirían existiendo los ángeles caídos, pero que tardarían en volver a levantarse y que los nefilim viviríamos tranquilos. Aun así, algo me decía que estábamos en peligro.








Con todo cariño, espero y les guste. Habra una que otra falta de ortografia pero proximamanete se ira edita

Después {Fan-fic / Hush, Hush (Finale)}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora