-Y desde ahora -tomó el mentón del chico tomándolo por sorpresa, acto seguido acercó su boca a la oreja del otro-tu eres mío y tu culo también, putita.
Aquellos ojos azules solo observaron al hombre que había pronunciado aquellas palabras, no compr...
Ahora tan solo escuchaba las palabras de aquel hombre, una y otra vez venían a su mente: -Porque desde ahora -tomo su mentón y lo miro directo a los ojos.- tu eres mio y tu culo también, putita.
Y después de eso pudo sentir el cálido aliento de este en su oído, para que acto seguido Conway le diera un leve mordisco dejando con una gran confusión a Gustabo, que no acaba de comprender que era lo que sucedía. Después lo saco de la sala de interrogatorios y le dio paso a Horacio.
-Gustabo joder -el mencionado sin mas salio de aquel trance encontrándose con su mejor amigo Horacio-
-¿Que quieres?,hombre
-¿Le trabajaste el siempre sucio a Conway? o ¿que?, porque cuando hablo conmigo se le veía muy feliz he, es raro eso
-¡Pero que dices, joder Horacio!
-¿Es un si?
-No, pero me dijo que te diera algo
-¿Enserio?, ¿que?
-Esto -y con el puño cerrado le soltó un buen puñetazo el cual estuvo apunto de caer al suelo, los chicos intentaron seguir con aquella "pelea", pero una voz les interrumpió y les saco un buen susto
-Mariconeettis
Los dos amigos habían olvidado por completo que seguían en la comisaria y el hecho de que el super intendente seguía en el lugar, para ese punto ya se sentían realmente asustados, pero sobre todo Gustabo por lo que había sucedido.
-Podrían cerrar la boquita que están en mi casa, gilipollas y Gustabo ¿me podrías acompañar?
-¿Para que lo necesita? -pregunto el de la "cresta" con cierta molestia-
-En algo que no te interesa nena
Gustabo solo asintió cuando el super intendente lo volteo a ver y sin mas se dirigieron al despacho del hombre, había un silencio y en aquella habitación ya solo se encontraban ellos, sin mas se escucho como el seguro de la puerta era puesto, el de la chamarra sintió el miedo como nunca lo había sentido, quizá lo golpearía u algo así, solo trago saliva,eso intento pero en ese momento el otro hombre lo había pegado contra la pared,había comenzado a besarle y poso sus manos en los glúteos de Gustabo, el cual no acaba de procesar lo que ocurría, en su cabeza solo pasaba la pregunta:
-"¿Que mierda?"
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me esta gustando mucho escribir esto, espero y les guste, gracias por su atención.
