Soulmates.

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¡Hola mis bonitos lectores! Este es un one shot Yukifuyu, el cual, esta dedicado a mi esposa que esta de cumpleaños _Meyagatha. Esta fue la otp que nos volvió a unir, te adoro mucho y espero que hoy sea un día muy especial. Eres tanto que espero que lo entiendas un poco más con esto.

Muchas gracias a las personas que se toman el tiempo para leer. Espero que sea de su agrado.

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Ellos dos eran almas gemelas. Mucho más solos y perdidos que los demás. Estaban heridos y desolados. Eran pedazos de corazones y retazos de sueños, no obstante, una mañana recogiendo esos trozos por accidente los unieron, y descubrieron que así era perfecto.

Esta es una historia de invierno. Ocurre cierta mañana. Hay un chico dentro de un estudio de música, él esta sosteniendo una guitarra, sobre su regazo se ha acomodado el cuerpo del instrumento con una suavidad propia de un primer amor y una gentileza digna de un amante, sus dedos se han enredado entre las cuerdas para que la melodía que escape de estas sea la misma extensión de sus emociones. Son densas, él no las entiende. Son complicadas, sofocantes y le han llenado la cabeza de promesas y nieve. La atmósfera esta repleta de electricidad. Hay un suave aroma a nostalgia fundido con el perfume del ayer. Con el talón de su pie él golpea los soportes de la silla mientras graba aquella canción. Él sonríe, él sabe perfectamente a quien le quiere dedicar tan dichosa sinfonía. ¿Amigos? No, la palabra no les sentaba. No podía recordar el dónde, el cuándo o el porqué. Poco importaba.

Lo amaba por lo que quería ser y por quien casi era.

"Estas acaparando la cabina" Él parpadea, permitiendo que la voz de su amigo lo distrajese del invierno, sus yemas se quedaron estáticas sobre el acero y la vibración. Dentro de su pecho yacía atrapado un latido. Atronador, chispeante y abrasador "Llevas dos horas adentro" Hiiragi apoyó su cuerpo en la puerta del estudio de grabación, sus brazos se cruzaron sobre su vientre, sus cejas se fruncieron con inflexión.

"Se me fue el tiempo practicando, estoy tratando de perfeccionar algo" El de cabello teñido rodó los ojos. Bien sabía que Yuki Yoshida era todo un maniático obsesionado. El más alto se levantó, tomando aquella guitarra entre sus manos para guardarla dentro de su estuche. El cuarto tenía polvo y escarcha. Había una extraña complicidad entre ellos dos, ¿Amigos? Si, ellos lo eran.

"Esa canción" Sus palabras fueron torpes y ansiosas, él temía preguntar, su garganta estaba seca, la melodía se encontraba trabada "Es de amor, ¿No es así?" Kashima Hiiragi era astuto y ya lo sabía. El aire tenía una delicada capa de tensión. El contrario sonrió.

"Lo es" Repasando el ritmo en su cabeza una y otra vez. Miles de veces más solo para retroceder. No era suficiente, ¿Cuándo lo era? "Estoy pensando en dedicársela a Mafuyu" Aquel nombre cosquilleó entre sus labios, aquellas seis letras intoxicaban al joven guitarrista con una embriagadora dulzura. Tan adictiva. ¿Amigos? No, eran más que eso.

"El romance te ha vuelto estúpido" Él no lo diría, sin embargo, ver a dos de sus mejores amigos en una relación le provocaba una extraña sensación de alivio y confort. Él relajó sus hombros, viendo como el contrario terminaba de acomodar las cosas dentro de la cabina para salir. Ellos eran como dos piezas del mismo rompecabezas.

"Mira quien habla" El más alto le revolvió los cabellos. Ellos eran el número de lotería ganador, el codiciado uno en un millón. Ellos eran... ¿Qué?, ¿Amigos? No, definitivamente no era esa la palabra "El otro día Shizu me dijo que le pediste pasar con él las vacaciones luego de los exámenes" El rostro del más joven se vio encendido por un intenso y brillante carmín, él desvió la mirada, apenado, sus labios temblaron bajo la mueca de satisfacción del guitarrista. Él siempre era así.

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