01. Planes

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Adrien

Ese viernes había transcurrido sin contratiempos, acudí a la escuela, realicé dos exámenes, me dirigí a mi clase de esgrima y después a casa para mis clases de piano, chino y ahora también italiano, el cual practico desde hace 6 meses ya que mi padre considera que los idiomas son muy importantes para los negocios.

Llego a casa y comienzo a tocar el piano. A mi padre le gusta escucharme así que coloco una silla a poca distancia de donde se encuentra el instrumento. Todo tenía que salir perfecto, no debía disgustarlo porque corría el riesgo de que me cancelara el permiso para acudir a la fiesta. Deseo ir a esa fiesta, mis amigos estaran ahí, es nuestra graduación y seria el siguiente viernes.

Mi padre entra y yo sé que no debo parar de tocar, continúo, es una hermosa pieza de Chopin llamada “L´adieu“,  “El Adiós“. Mi padre se sienta para escuchar el final de mi interpretación.

—Adrien, tuviste unos pequeños errores al inicio de la pieza, aunque lograste rescatarla al final— dice él serio, siempre se comporta de esa manera conmigo así que no me sorprende.

Nunca he escuchado de él una felicitación a pesar de que he ganado torneos, recibido premios, reconocimientos escolares.

Ya no importa, pronto terminare la universidad y mi padre prometió que podría vivir solo en un penthouse que compro para mí.

—Esta noche tendremos visitas para cenar, no te retrases— dice al momento que se levanta de la silla.

—Claro padre, puedo preguntar ¿quién vendrá a cenar?— digo con mucho respeto.

—La señora Rossi vendrá con su hija Lila, me informaron que es compañera tuya en el colegio, nuevamente te recuerdo que no debes llegar tarde, ahora me voy, tengo trabajo que hacer—

¿A qué viene Lila?, ¿Qué negocios tendrá mi padre con su madre? Todo esto es muy extraño, mi padre no suele tener visitas, de hecho, es bastante antisocial.

Mi maestro de chino llega e inicia mi clase. Una hora después hemos terminado, sigue el italiano, otra hora más transcurre y finalmente comienzo a prepararme para la cena.

En mi cama se encuentra colocado el traje que usare  para la ocasión, de verdad debe ser algo muy importante.
Me doy una ducha y me visto, dejo un poco de queso disponible por si Plaga, que duerme en la cama, despierta con hambre. Ese gato siempre tiene hambre.

Bajo y veo la mesa ya dispuesta para la cena, mi padre se encuentra al pie de la escalera, me coloco junto a él. La puerta se abre y entran Lila y su madre.

Papá se acerca a saludarlas y las invita a la mesa, la cena transcurre tranquilamente, con mi padre y la señora Rossi hablando de negocios y de Italia.

—¡Adrien!— dice Lila, —me encanta pasar esta noche contigo— me sonríe, con educación devuelvo la sonrisa.

—¡Los planes de nuestros padres van a encantarte tanto como a mí, ya lo veras!—dice Lila con su usual tono animado de voz.

—Lila, entonces dime, ¿Cuáles son los planes de nuestros padres?— pregunto intentando persuadirla para que me lo diga.

—Oh no, Adrien querido, es una sorpresa y prometí no revelarla— responde Lila riendo.

En ese instante escucho la voz de papá —Pasemos al despacho por favor— dice autoritariamente, como es su costumbre.

Entramos al despacho y mi padre se sienta detrás de su escritorio, Lila, la señora Rossi y yo tomamos asiento en tres sillas frente a él.

—Pues bien, Adrien, es momento de que sepas cual es el plan que tengo para ti ahora que estas a punto de terminar la Universidad— comienza a decir, —estuve hablando con la señora Rossi, quien me ha confirmado que próximamente volverá a Italia con Lila, y derivado de los negocios que tenemos y el interés que tengo en que te empapes de todo lo que a la empresa se refiere, he decidido que iras con ellas a Italia, te harás cargo de la empresa que tendremos en Roma— finaliza mi padre.

Esta noticia me toma por sorpresa, —¿Qué dices padre?, ¿irme de Paris?, ¿mudarme a Roma?, pero eso no es posible, padre me habías prometido…—

—Silencio Adrien, es algo que ya está decidido, te mudaras a Italia con la señora Rossi el próximo miércoles— me reprende mi padre.

Me siento muy molesto, me está obligando a irme del país, a mudarme con gente que no conozco y ya no soy un niño. No puedo discutir con él delante de los invitados, pero no me quedare tranquilo, No pienso ir a Italia y mucho menos con Lila.

—¿Verdad que la idea es fantástica Adrien?— pregunta Lila.

—Estaremos juntos, viviendo en la misma casa y en Roma, no te sentirás tan solo porque vas conmigo, tu mejor amiga— diciendo esto me abraza.

No digo nada, y me libero del abrazo, Lila no es mi amiga, no puede ser mi amiga después de que por su culpa casi expulsan a Marinette de la escuela.

Marinette, mi Marinette, no puedo irme, no voy a dejarla, hemos tenido que ocultar nuestra relación para que mi padre no intente alejarnos y aun así lo hace.

—Padre, debo dejarlos, tengo que regresar a estudiar— digo tratando de controlar mi enojo.

—Señora Rossi, Lila, discúlpenme por retirarme, fue un placer cenar con ustedes— me despido de ellas con un beso en la mano y comienzo a caminar hacia la entrada del despacho, necesito salir lo antes posible de ese lugar.

—¡Adrien espera!— dice Lila, saliendo tras de mí, me alcanza en la escalera, —no te ves muy contento por la noticia, ¿acaso te molesta estar conmigo?, creí que éramos amigos— dice con fingida tristeza, —¡o más bien es que te molesta dejar a tu noviecita aquí!— no hay una pregunta en esta frase, prácticamente está afirmando que tengo novia.

—¿Qué dices Lila, cual noviecita?, no entiendo de que estas hablando— no sé cómo lo supo, Marinette y yo fuimos muy cuidadosos, ni siquiera comentamos nada a Nino y Alya.

—Adrien, Adrien, no mientas, sé que Marinette es tu novia. No te preocupes, estando conmigo no vas a extrañarla para nada— dice Lila mientras se acerca a mí.

Intenta besarme, pero no la dejo.

—¿Qué te pasa Lila?, Marinette no es mi novia, solo somos amigos, y entiéndelo bien, tu y yo jamás tendremos una relación— digo aún más molesto, me alejo rápidamente y entro a mi habitación.

Plaga se encontraba comiendo su queso y al verme pregunta acerca de la cena. Le cuento lo que había pasado, —Adrien, pero si te vas a Italia, ¿Cómo seguirás siendo Chat Noir?—

—Es verdad, también esta eso. No lo había pensado, solo pensé en Marinette— Me encuentro molesto, necesito salir de esa casa, tengo que irme pronto. Cierro la puerta de mi habitación con llave, —¡PLAGA LAS GARRAS!—digo y me transformo.

Mi ventana es el único lugar por el que puedo escapar, necesito pensar las cosas y ver a Marinette, así que brincando por los tejados llego a una cuadra de su casa, no puedo presentarme de esa forma por lo que entro a un callejón y dejando a un lado mi transformación regreso a ser Adrien Agreste.

Son las 8:00 de la noche, espero que los padres de Marinette me permitan hablar con ella.

Toco la puerta y me abre la señora Sabine. —Buenas noches, vengo por Marinette, espero que ya esté lista, vamos a ir a cenar con nuestros amigos por el fin de cursos— digo con mi mejor sonrisa.

—Hola Adrien, buenas noches, Marinette no nos comentó que iba a salir, pero déjame verificar si ya está lista, pasa por favor— dice de manera amable.

Sube las escaleras hacia la habitación de Marinette, me quedo  en la sala esperando, ojalá Marinette no este dormida porque de ser así, mi mentira no surtirá efecto y no poder verla hasta mañana.

—¡Marinette, Adrien ya llego por ti!— alcanzo a escuchar a lo lejos.

—¡Gracias mamá, estoy casi lista, en 5 minutos bajo!— responde ella. Así que aún no duerme, que bien, podremos salir y hablar.

*** Continuara ***

Siempre Juntos❤️🖤 (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora