NUMBER 21 *-*

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Podemos observar en un denso bosque que daba un aire tétrico y con tan solo verlo podrías ver el peligro al que te enfrentabas si te atrevías a entrar y explorar dicho lugar, bosque que solo podría ser de tus más escalofriantes pesadillas, el bosque era enorme, se extendía en unos 2000 kilómetros cuadrados y había que viajar por una carretera casi desconocida para llegar a el de la cual solo tres personas sabían y de la cual dos ya estaban muertas...

Se podía observar una esbelta figura caminando con pasos agiles y silenciosos por dicho bosque, como si de un depredador se tratara y estuviera cómodo con su entorno, como si fuera dueño del lugar, y este fuera su habitad, se podía observar cómo se adentraba más al bosque, mientras más profundo entraba los arboles perdieron las hojas y pronto una especie de hongos se apoderaban de ellos lentamente hasta tomarlos completamente, apareció una niebla que limitaba aún más la visión y afectaría a cualquiera menos a esa persona, traía consigo un olor a muerte y el césped se convirtió en un fango, húmedo, grisáceo y fétido, cubierto de micelio liberado por los enormes hongos, bajo el cual habitaban gigantescas larvas.

Los nuevos caminos lúgubres del bosque era desconocidos y confusos que si no sabrías el camino podrías perderte y nunca encontrar una salida, además de jugar con tu mente y causarte locura por estar tan solo en dicha lugar, los arboles parecían tomaban formas humanas, los nudos de sus troncos parecían ojos que vigilaban a cualquier persona que entrara a su territorio, cualquiera sentiría miedo de mirarlos o solo estar ahí.

Al adentrarse cualquiera sentiría el peligro y se activaría en su cabeza todo tipo de alarma para que saliera del lugar y nunca regresara ya que sabía que era un mala idea entrar más profundo, su respiración se agitaría con fuerza y sentiría como si estuviera siendo acechado, lo peor no sabría si era su mente quien le estuviera haciendo esa mala pasada o en verdad habría una presencia en dicho bosque, pero esa persona caminaba tranquilamente como si estuviera paseando tan solo por un aburrido y común bosque.

Ese desconocido bosque era como una pintura infernal, nada en ella mostraba lo hermoso de la naturaleza, era un espectáculo gris con olor a muerte, cualquiera se preguntaría cómo salir de ese pasaje tétrico al cual lamentablemente había llegado a parar, pero esa persona no, después de todo tenía un trabajo que cumplir.

La figura se camuflaba muy bien con su entorno ya que estaba completamente vestido de negro y no se podría diferenciarse de que sexo era, la capa lo cubría completamente además de la capucha que llevaba junto a la máscara completamente en blanco que tenía puesta la cual no mostraba ningún orificio, era como una pizarra en blanco lo cual lo hacía ver más aterrador si fuera posible y complementaba perfectamente con el sombrío y tétrico lugar.

La figura tuvo que detenerse al sentir a alguien o algo en su detrás, haciendo gala de sus rápidos reflejos no dudo ni por un segundo en matar dicha cosa, después de todo había sido consciente del acecho que le había hecho dicha cosa, sería estúpido pensar que este lugar se encontrara sin ninguna presencia adema de la suya y de la de su objetivo después de todo este lugar había pertenecido como refugio a dos personas más retorcidas del mundo que pudo haber existido y causado terribles daños uno más peor que el otro.

Observó el débil gruñir del demonio que yacía herido antes sus pies, estaba tirado sobre la vegetación, su rostro de mandril estaba destrozado, de ella caían coágulos de sangre, uno de sus ojos estaba pegado, era solo una mancha negra, respiraba con dificultad, estaba finalmente a su merced, se acercó un poco más a su moribunda existencia y aprecio con mayor atención su horrible fisionomía; no podría calificar a la bestia como algún animal existente, era una extraña especie que provocaba pavor, era inevitable arrugar su rostro mientras la analizaba.

Cuando decidió poner fin a su dolor, las hojas de muchas plantas pertenecientes a la flora del bosque comenzaron a agitarse, algo se revolvía entre ellas, de la oscuridad del bosque se posaron sobre mi muchos pares de flamas brillantes que me observaban con recelo, como esperando a ver si era capaz de matar a uno de sus semejantes, había sido consciente o bueno había especulado que tal vez el denso bosque con el pasar del tiempo y con los rituales que se había llevado a cabo, había logrado tener una consciencia propia y eso solo lo confirmo al observar como todo su entorno se había vuelto hostil, no es que antes lo haya sido sino que lo había sido discretamente lo cual ahora ya no era.

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⏰ Última actualización: May 05, 2020 ⏰

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RECUPERANDO TUS SONRISAS (Stony - Tomony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora