Entre la mugre y la delincuencia de las calles de New York vive la joven Gwen.
Una menor que abandonó a sus drogadictos padres con la esperanza de tener una mejor vida, pero el destino no deja de abusar de ella. Un día, parece que finalmente se le...
Era una tarde de invierno y como era de costumbre durante esta fecha del año, el sol, había caído antes de lo normal y el cielo estaba completamente negro. Aquel día no se podían ver las estrellas ni la luna por las gigantescas nubes negras que las tapaban.
En las notícias habían anunciado que se avecinaba un temporal eléctrico altamente peligroso que duraría aproximadamente unos tres días, y por esa razón nos obligaban a quedarnos en casa.
Los vagabundos podían quedarse en los albergues que el estado había preparado para esta ocasión, pero claro, yo no podía aparecer por allí, ya que si descubrían que una menor de edad como yo estaba viviendo en la calle me llevarían al orfanato de menores sin docentes, y os puedo asegurar que el de las afueras de New York es mucho peor que vivir en las calles.
Por ese motivo solo me quedaba la opción de colarme en el piso y rezar para que el dueño no apareciese durante estos días.
Cuando llegué al edificio escalé las escaleras de incendio que habían en el exterior, como habitualmente hacía cuando me colaba, y cuando llegué al piso observé por la ventana el interior. Las luces estaban apagadas y no parecía que hubiese nadie.
¿Tal vez empezaba a tener suerte en la vida?- pensé
Abrí sigilosamente la ventana y me colé en en el interior. Caminé hacia los interruptores para encender la luz y cuando lo hice sentí que algo que hacía presión en mi espalda. Giré rápidamente mi cuerpo y pude ver lo que estaba pasando.
Era un hombre de gran cuerpo y tamaño, me sacaba casi dos cabezas y triplicaba mi fuerza. Iba vestido con un traje que parecía el de un superhéroe, era de color negro y rojo y una máscara de tela que le tapaba la cara, pero a pesar de eso, su cara era muy expresiva. De su espalda salían dos largas katanas y en cada de sus muslos tenía una pistola, pero en ese momento me estaba apuntando con una de ellas por lo que sólo había una.
DP: Quien coño eres?!- preguntó aquel hombre extrañado al verme
Gwen: Por favor no me mates!- le supliqué casi apunto de romper en llanto por el temor que sentía en aquel momento
DP: Eso depende de lo que me respondas- dijo con tono divertido
Gwen: Mi nombre es Gwendolyn pero todos me llaman Gwen. Tengo dieciséis años, soy huérfana y...-me interrumpió
DP: Si te parece también podrías empezar a contarme tu vida desde que eras un bebé- Le miré confundida- Qué és broma mujer! Tampoco tengo el tiempo para hacerlo!- dijo riendo- Y se puede saber que haces en mi piso?-preguntó con tono de enfado.
Gwen: ¿Tu eres el dueño?- Él afirmó con la cabeza- Llevo varias semanas entrando en tu piso por...- Iba a responderle pero me interrumpió de nuevo
DP: Eres una fan?!- preguntó con emoción
Gwen: Tu fan? No! No se ni quien eres!- respondí confusa
DP: No sabes quién soy?!- exclamó sorprendido tras mi respuesta. Yo simplemente negué con la cabeza- Deadpool? El mercenario bocazas? Wade Wilson? El mejor superhéroe de Marvel? Daddy Sexy Deadpool? El mejor amigo de Lobezno? No te suenan esos nombres ?!- dijo confuso
Gwen: Ah, sí! Una amiga leía tus comics. Pero no sabía que tu vivías aquí. Yo solamente me colaba porque no tengo a donde ir y pensaba que el piso estaba abandonado
Le mentí, sabía a la perfección que el piso estaba habitado por alguien pero si hubiese sabido que era por aquel tipo no hubiese entrado aunque fuese mi última opción.
DP: Así que tu eres la que me robaba las sobras de mis chimichangas!- dijo apuntándome con uno de sus dedos- Ahora me las tendrás que pagar...- dijo acercándose peligrosamente a mi mientras me acorralaba contra la pared. El colocó sus dos palmas en la pared y con sus brazos me impedía escaparme del acorralamiento y entonces fue acortando la distancia que quedaba entre nosotros- Para tener 16 años estas muy bien...- Automáticamente mi rodilla fue directamente a golpear a sus partes bajas.- AH! Mi super pene!- dijo quejándose de dolor
Gwen: ESTÁS LOCO!- le grité mientas salí corriendo hacia la dirección de la ventana. La intenté abrir pero el muy hijo de perra la había cerrado. Hice toda la fuerza posible pero no sirvió para nada, el ya me había cogido por la espalda. Con su agarre me levantó del suelo, yo pataleaba para que me soltase pero fue prácticamente imposible ya que él era mucho más fuerte que yo entonces recurrí a gritar para que alguien me ayudase- AYUDA! SOCORRO! ME VA A- Deadpool colocó su mano sobre mi boca para que no pudiese gritar.
Pero sin apenas enterarme el aire me empezaba a faltar y poco a poco los ojos se me iban cerrando hasta el punto que quede totalmente inconsciente entre sus brazos.
----------------------------------- Hola lectores, espero que estén disfrutando de la lectura y espero que sí les gusta el personaje de Levi Ackerman también disfruten de esta nueva historia que he escrito. Pasen a leerla, comenten y voten <3
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