Chapitre Un: A look of love

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"𝐸𝓁𝓁𝑒 𝑒𝓈𝓉 𝒹𝑒𝒷𝑜𝓊𝓉 𝒿𝓊𝓈𝓉𝑒 𝒹𝑒𝓇𝓇𝒾𝑒̀𝓇𝑒 𝓂𝑜𝒾
𝐸𝓁𝓁𝑒 𝓂𝑒 𝓈𝑜𝓊𝓇𝒾𝓉, 𝒹𝑒́𝓉𝑜𝓊𝓇𝓃𝑒 𝓁𝑒 𝓎𝑒𝓊𝓍
𝒥𝑒 𝒸𝓇𝑜𝒾𝓈 𝒸𝑜𝓂𝓅𝓇𝑒𝓃𝒹𝓇𝑒 𝓈𝑜𝓃 𝒹𝓇𝑜̂𝓁𝑒 𝒹𝑒 𝒿𝑒𝓊"
                            
                           Adrien

Siempre creí que todo a mi alrededor era monotonía, y la verdad es que si lo era. Pero todo me parecía tan cotidiano que nunca puse atención a mi alrededor, al menos hasta que ella apareció en mi vida

A mis 14 años el tener una vida de fama me resultaba literalmente complicado. Mi padre era el diseñador de modas más conocido de Paris y yo como imagen de su campaña tenía que ser la perfección personificada, cosa que me resultaba imposible, pues a un año de no tener a mi madre conmigo, nada tenía sentido, pero aún así trataba de hacer mi mayor esfuerzo para que mi padre se sintiera orgulloso de mi, por eso, aunque no me gustaran las clases de esgrima, chino, piano, baloncesto y otras actividades extracurriculares, siempre trataba de poner el mejor esfuerzo, pero nada parecía satisfacerlo. Jamás se tomaba tiempo para estar conmigo, siempre estaba trabajando, él nunca se preocupaba de lo que hacía o dejaba de hacer en mi vida, todo ese cargo se lo dejaba a Nathalie; Su secretaria personal y amiga de nuestra familia. Ella siempre había cuidado de mí y me había visto crecer. Hasta ella sabía más de mi vida que mi propio padre.

Cuando mi padre me permitió asistir a un colegio me sentí libre además de ser uno de los protectores de París, ya que toda mi vida había recibido educación en casa y esta sería la oportunidad perfecta para poder conocer a nuevas personas

Con lo que no contaba ese día era que iba a tener un pequeño altercado con una de mis compañeras de clase. Ella creyó que yo había pegado una goma de mascar en su asiento, Cuando en realidad, la que lo había hecho era Chloe, una amiga de mi infancia

Era una chica de cabello azabache, piel tan pálida como la porcelana y enormes ojos azules que respondía al nombre de Marinette

-<<Marinette>>-Pensé- Es un lindo nombre

Cuándo terminó la jornada escolar, abandoné el salón de clases y a la entrada de la institución la vi de pie  observando la lluvia con expresión de queja en su rostro

Me decidí a hablarle

-Hola- Le dije

Ella ni se inmutó ante mi comentario y me ignoro por completo girando su mirada

Yo suspiré, di un paso hacia enfrente, abrí mi sombrilla y hablé nuevamente

-Sólo quería decirte que yo estaba tratando de quitar la goma de mascar, te lo juro. Nunca había ido a la escuela, nunca había tenido amigos, esto es... Nuevo para mi

En un acto de instinto, Me giré hacia ella para ofrecerle mi paraguas. Ella miró con sorpresa mi acción, dudando en aceptar mi ofrecimiento. Justo en ese momento sonó un trueno que pareció partir el cielo, ella se asustó y abrió la mano, momento que yo aproveché para pasarle el mango del paraguas y ella inconscientemente cerró la mano sobre el.

Ella Mantuvo su mirada fija en la mía durante unos segundos, al mirar sus ojos celestes sentía como si estuviera mirando el cielo mismo, no tengo idea de cuánto tiempo observe sus ojos, pero de pronto, El paraguas se cerró sobre ella por accidente causando que una pequeña risa se formara en el fondo de mis cuerdas vocales, ella se unió a la risa momentos después, el sonido del claxon de la limusina de mi padre sonó informándome que ya habían llegado por mí para ir a casa, así que me vi obligado a despedirme

-hasta mañana- le dije con una sonrisa mientras me despedía con la mano y bajaba las escaleras hacia el automóvil

-Ajá... ¡Nos...! ¡Nos...! ¡Nos vemos!- Pudo ella apenas soltar por el nerviosismo

Cuando estábamos en los últimos peldaños de la escalera, Plagg, mi kwami, salió de mi chaqueta, asomando solamente su cabeza

-primer día de escuela y ya tenemos dos tórtolos- Soltó con evidente pillería

-claro que no- Negué inmediatamente- Solo es una amiga

De golpe pensé en lo que había dicho

<<Una amiga>>

Decidí ignorar ese pensamiento para terminar de bajar los peldaños de la escalera y abordar el transporte que me llevaría a casa

-Los dos están hechos el uno para el otro- Dijo un desconocido que observaba a ambos jóvenes desde la distancia

Desde ese día pude notar que Marinette tenía ciertas actitudes respecto a mi. Siempre que yo me acercaba a saludarla o hablar con ella se ponía nerviosa, no podía formular una oración completa y la mayoría de las veces casi acababa en el piso por los nervios, o a veces simplemente me miraba durante toda la clase y cuando yo la miraba ella, desviaba los ojos hacia otro lado, como rogándome que le diera atención con esa hermosa sonrisa que ví el primer día ¿Le caigo mal?, ¿Me tendrá miedo? Sólo el tiempo me lo dirá

𝓣𝓱𝓮 𝔀𝓪𝓵𝓵 𝓫𝓮𝓽𝔀𝓮𝓮𝓷 𝓾𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora