II

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Capítulo 2: Pliés, relevés et battements


El omega castaño se dejó caer en la cama, tomando una de sus propias camisetas para apretarla contra su pecho en busca de apaciguar sus propios sentimientos. Se revolcó un poco hasta alcanzar una posición cómoda y puchereó al escuchar la voz femenina al otro lado de la línea.

—¿Y qué tiene de malo bailar ballet?

Por supuesto, Sunye no entendía su enojo ante la noticia que su padre le había dado durante su comida más temprano ese mismo día. Ella iba a clases de ballet desde hace un año y por las cortas pláticas sobre el tema que habían compartido en algunas de sus salidas, lo disfrutaba bastante. Jungkook realmente no esperaba ser comprendido por su prima, solo estaba buscando alguien con quien desahogar sus penas.

—No tiene nada de malo, es lindo, solo...— Suspiró, volviendo a rodar por su cama, esta vez no llevando consigo la prenda de ropa a la que se había aferrado. —Es solo que no es para mí.

Su prima pareció pensarlo un poco antes de responder, quizá buscando una forma de alentarlo y consolarlo al mismo tiempo. —Bueno, de cualquier manera, puedes salirte después de las primeras clases si no te convence ¿Cierto?

Jungkook volvió a suspirar y soltó un sonidito de afirmación con un toque de resignación en él.

—Sí, eso dijo papá.

Sunye entonces sonó más animada en su respuesta.

—Entonces no te preocupes mucho, solo relájate y disfrútalo. Piensa en esto como un reto físico, te gusta hacer ejercicio ¿No? El ballet requiere bastante habilidad.

El castaño ladeó la cabeza, decidiendo hacer caso a su prima. Era verdad que le gustaba mucho hacer ejercicio, quizá más de lo que se esperaba de él como omega.

Con esa mejor perspectiva en mente se despidió de la chica al otro lado del teléfono y colgó para refugiarse en sus sabanas con estampado a cuadros amarillos y finalmente apagar la luz en su mesita antes de finalmente hundirse en su sueño.

Con esa mejor perspectiva en mente se despidió de la chica al otro lado del teléfono y colgó para refugiarse en sus sabanas con estampado a cuadros amarillos y finalmente apagar la luz en su mesita antes de finalmente hundirse en su sueño

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Jungkook se sentía algo incomodo, no lo ocultaba muy bien. Pero es que a pesar de que le gustara ejercitarse siempre lo hacía en la comodidad de su casa, usando pantalones de tela gruesa y camisetas holgadas.

Pasar de eso a licra en frente de un montón de extraños era evidentemente un gran cambio, era solamente natural sentirse algo fuera de lugar, Jungkook al menos lo pensaba así mientras bajaba su sudadera todo lo que podía, empujando discretamente con las manos dentro de los bolsillos.

Ah, de verdad deseaba no encontrarse con nadie de su clase en el centro deportivo.

Y tal vez toda esa incomodidad se desbordaba en su aroma porque pronto sintió la mirada angustiada de su prima sobre él.

𝐴𝑇𝑌𝑃𝐼𝐶𝐴𝐿 | taekook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora