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Cerrando la puerta del establecimiento, se encaminó hacia la calle principal para llegar a la estación de trenes, de reojo miraba hacia los costados mientras se acomodaba la capucha negra sobre su cabeza .

Sabía que no debía mirar atrás, Era consciente de que si lo hacia sentiría melancolía y no estaba en posición de permitirse sentir.

Endureciendo su postura y acelerando sus pasos por la acera miró en dirección a una tienda que estaba a su lado mientras observaba a través del reflejo de la vidriera una figura vestida de negro un par de pasos detrás de ella, sonrió -maldito iluso- emitió entre dientes, desviándose hacia un callejón que se encontraba al final de la calle, se posicionó detrás de unas cajas que se encontraban en el lugar aguardando el momento perfecto.

Segundos después logro divisar la misma silueta que había visto antes adentrándose en el callejón, esperando que se aleje un poco y tomando un tubo que había dejado preparado con anterioridad en el lugar, se encaminó silenciosamente detrás de ella, ya a una distancia considerable lo levanto a la altura de su frente y con toda la furia del momento se lo estampó entre la parte baja de su cabeza y la nuca, rápidamente abandonó el metal, esperaba que el golpe lograra desorientar lo suficiente a la persona como para huir, no tenía tiempo para intentar identificar al sujeto, la habían estado siguiendo desde hace semanas y sabía perfectamente la razón.

Dirigiéndose hacia los botes de basura tomo su maleta localizada detrás de ellos, y retomo su camino inicial. 

Atravesando la entrada de la estación Compro un boleto y se paró en un lugar alejado junto a una cabina telefónica intentando pasar desapercibida por si el sujeto volvía, Pensamientos a atravesaban su mente, en su mayoría de incertidumbre.

Un recorrido a ciegas le esperaba, pero no le tenía miedo.

Por que el miedo era una emoción psicológica que solía dominar a las personas y ella sabía perfectamente como controlarlo.

Escuchando sonidos que indicaban la llegada de un tren, se paró y tomo firmemente su maleta, sin perder el tiempo y decidida se encaminó hacia el vagón, sabiendo que cuando pusiera un pie dentro de el, no habría vuelta atrás. 

Luego de ingresar y dejar su maleta tomo asiento junto a la ventana esperando la partida

El nerviosismo la invadió.

Volvería a su pueblo natal luego de mucho tiempo.

Sabía que el lugar había cambiado demasiado y ya no era el sitio que solía ser.

Abrió la ventana y prendió un cigarro para poder darle una profunda calada y calmar sus nervios

Sonrió por que sabía perfectamente que ella tampoco era la misma.

Estaba decidida en ir al lugar que destruyo su vida y ya nada podía impedírselo.

Sabia que ese lugar una vez la había consumido, que los secretos la habían condenado.

Pero los secretos salen a la luz, tarde o temprano, nada es para siempre.. Ni siquiera la Muerte.

La habían dejado hecha cenizas

Y Ella estaba ansiosa por hacerlos arder..

HemberstoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora