“Cuando rompes una promesa, también rompes un corazón”.—¡Fiesta descontrolada en mi casa hoy por la noche! —Gritó Louis cuando bajábamos las escaleras para llegar a su vehículo. Los alumnos gritaron y celebraron.
—¿A qué se debe ésto? —Reí.
—No lo sé, solo quería fiesta descontrolada en mi casa hoy por la noche. —Sonrió elevando los hombros.
—¿Y tus padres? —Cuestionó Jay.
—De viaje.
—¿Tus hermanas? —Pregunté.
—Con ellos. Así que, puedo hacer lo que quiera.
—Eres un rebelde —Bromeé.
—Lo sé, lo sé querida sistah. —Carcajeó.Los mensajes habían cesado en tan solo dos semanas, y eso me ponía feliz. Niall estaba pendiente de mi móvil a cada segundo, parecía un agente secreto.
Nuestra relación iba bien.
—¿Cómo es qué me hice amiga de éste demente? —Dijo Jay entre risas.
—Bájale a la velocidad, Loueh. Moriré —Reí.
—Vamos a una velocidad neutra.
—Con que doscientos kilómetros por hora es una velocidad neutra, Tomlinson. —Habló Zayn— Entiendo que no estás drogado —Rió.
—¡Hey! —Se quejó— Debemos ir al centro comercial por comida, estoy pobre y créeme que no tengo nada en el frizzer.
—¿Y Niall? —Cuestionó Zayn.
—Dijo que tenía algo que hacer ahora, pero que no se perdía una fiesta descontrolada de Louis William Tomlinson. —Rodé los ojos.
—Quien como él.Loueh aparcó el vehículo y dos segundos luego, todos estábamos bajo éste.
—Bien. Necesito alcohol, comida, entre otras cosas —Habló Louis.Jay y yo nos adelantamos, a decir verdad, estar con esos dos enfermos mentales cantando no sé qué canción, nos avergonzaba.
—Vosotros dos. —Oímos a nuestras espaldas, un gran gorila observaba a Louis y Zayn de mala forma— No podéis entrar.
—¡Eh, tío! ¿Sabes quién soy?, ¡Soy Louis Tomlinson!—Cuestionó Loueh.
Oh no, aquí vamos de nuevo.
—¿Y tú sabes quién soy yo? —Habló el gorila.
—El gorila que no nos deja entrar.
—Es mi trabajo. Vosotros dos estáis drogados. —Los fulminó con la mirada. Jay y yo carcajeamos.
—¡No es así! —Exclamó Zayn— ¡Ellas vienen con nosotros!, si quieres pregúntales. —Nos indicó con el dedo índice.
El gorila giró y se acercó a ambas.
—¿Es eso cierto? —Cuestionó con cierta duda en sus palabras.
—Sí, lo lamento —Me disculpé— Son algo.. idiotas.
—Así veo, vale. —Sonrió— Eh, vosotros idiotas. —Los llamó— Podéis entrar.Loueh y Zayn sonrieron ampliamente y corrieron a nosotras.
—Son unos estúpidos descerebrados —Dijo Jay entre risas.
—Hasta el guardia de seguridad cree que están drogados.
—¡Eh tío, que él era español de España, coño! —Exclamó Zayn imitando su acento, carcajeamos.(...)
Personas drogándose, bebiendo, comiéndose a otros, entre otras cosas había en casa de Loueh. Jamás había asistido a sus descontroladas fiestas.
—¡_____! ¡¿Por qué no vas por alcohol a la barra?! —Gritó Zayn a mi oído.
—¡Estoy esperando a Niall! —Le grité.
La fuerte música no dejaba oír nada a nadie.
—¡Ahí está! —Lo indicó— ¡Adiós!
—¡Adiós! —Me despedí cuando se iba.
—Hola hermosa —Me saludó Niall mientras hacía que girara en mí misma. Luego besó fugazmente mis labios.
—¿Qué tal Horan? —Sonreí.
—Más que bien ahora que estoy a tu lado —Sonrió.Le regalé una sonrisa tierna y uní nuestros labios en un beso lleno de sentimientos.
Es increíble como dos personas pueden hacer aquello sin mencionar palabra alguna.
—Vayámonos de aquí —Murmuró entre besos.
—¿No querías estar en la fiesta descontrolada de Loueh? —Cuestioné con la respiración entrecortada.
—Prefiero estar contigo a estar rodeado de chicas semi desnudas y drogados —Sonrió.
—Eso es extraño en tí, Horan —Reí dulcemente.
—Huyamos de aquí, por ésta noche. Quiero estar solo a tu lado, sin nadie más.
—¿Dónde quieres ir? —Musité entrelazando nuestros dedos.
—Sé de un lugar. —Juntó nuestras frentes— ¿Qué dices?.
—Iría a cualquier lugar contigo a mi lado, Niall James Horan. —Sonreí.
—Vamos. —Musitó mientras daba la media vuelta y esquivaba a la multitud.
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"No me asustas, Horan" |Niall| ADAPTADA - TERMINADA
FanfictionMi instituto es diariamente intimidado por un chico de nombre Niall James Horan desde tiempos que yo aún no sé. Fui transferida al recinto cuatro semanas atrás y soy la única persona —o al menos eso creo— que no le teme al niñato de ojos azules. Él...