Exausto, llegando a mi casa después de un largo día de trabajo. Era una noche fría y ventosa, a la media noche... La luz que derrama la luna hace que mi piel se ponga de punta y sienta tensión en el ambiente... El sereno me provoca un nudo en mi garganta, hasta que finalmente llegué a mi casa.
abro la puerta de mi casa y mi hija me recibe y me saluda al entrar, era tarde pero por alguna razón no le pregunte el porque ella aun seguía despierta.
No le di mucha importancia... y subir las escaleras que me llevaban directamente hacia mi cuarto. Al llegar, solté mis cosas y me tumbe en la cama.
Pero algo andaba un mal conmigo, tenía un mal presentimiento de que algo no andaba bien, no sabía que era pero al ver a mi hija sabía que algo estaba mal...
Hasta que recorde que no tengo hija...