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El comisario Alexby se encontraba en su despacho con una botella en la mano.

Sólo miraba por las persianas de la ventana como su compañero de trabajo, y su amor imposible Fargan pasearse por afuera de su despacho.

Había pasado aproximadamente dos semanas desde ese destrozo de día donde se le ocurrió pedirle matrimonio a su amigo.

- Si que soy un estúpido.

Le dio otro trago a la bebida, se sentía totalmente mareado de lo mucho que había bebido por toda la noche.

El chico observó el reloj dentro de la habitación, eran las doce de la madrugada y no había vuelto a su casa. Cuando se levantó de su silla escucho que alguien tocó la puerta, el chico con dificultad pego la oreja a la puerta y escucho a Fargan al otro lado.

- Oye Alex, ya me voy. Por favor no tomes demasiado, te quiero mucho hermano. - Fargan le pronunció esas palabras a su amigo antes de retirarse.

Alexby se recargo en la puerta desesperado, las lagrima brotaron de sus ojos y lanzó la botella lejos haciendo que esta se rompiera.

Se sentó en el suelo mientras aquellos recuerdos lo atormentaban, no soportaba la idea de que su amor no fuera correspondido mientras que ya su amigo tenía a alguien a su lado.

Estaba devastado, que ni siquiera era capaz de verlo a la cara, sería algo que no podría soportar sin agarrarse a llorar.

Después de casi una hora el chico logró calmarse un poco, tomo sus cosas y salió del despacho. Bajo las escaleras hacia el primer piso y tocándose la frente ya que le dolia mucho la cabeza. Fue en ese momento que se encontró a su jefa.

- ¿Otra vez hasta tarde comisario? - La chica castaña miro un poco curiosa a su compañero.

- Ya sabes. Trabajando. - Su compañera lo miro no tan convencida con su respuesta, ella sabía muy bien que estaba bebiendo. El olor llegaba a lo lejos.

- Ya muchas veces te he dicho que no te puedes encerrar en tu despacho a beber, tienes un trabajo comisario. Que sea la última vez.

Después del regaño que le dio la chica, Alexby salió de la comisaría dispuesto a salir de su casa. Pero hubo algo que llamo la atención del peli negro.

Vio una figura masculina en el techo de una casa, sólo noto que aquella persona misteriosa iba vestido de negro y detalles morados, en unos pocos segundos aquel chico desapareció entre las sombras.

Mientras caminaba de regreso a su casa se dio cuenta de que los guardias iban corriendo de un lado a otro buscando a alguien, sobre todo estaban prestando mucha atención arriba de los hogares. El comisario llegó a la conclusión de que estaban buscando al chico que había visto hace un rato.

Al abrir la puerta de su casa vio a su mascota Jimmy corriendo para darle la bienvenida, el chico había vuelto de nuevo a su casa, con el único amigo de verdad que le quedaba.

Se recosto en su cama mirando al techo, aún traumado por todo lo sucedido aunque Jimmy trataba de animar a su dueño, pero su dueño simplemente se perdía en sus pensamientos.

( . . . )

Al día siguiente el chico se levantó, le dio la luz del sol en toda la cara aún que el dolor de cabeza de hace apenas unas horas. Se metió a bañarse para despejar su cabeza y tratar que se fuera el olor a alcohol.

Se tomó su tiempo para desayunar, con su amigo Jimmy a su lado y por último arreglar su uniforme de policía. Alex se puso enfrente de su espejo para arreglarse su cabello y a lado suyo había una foto suya con Fargan.

𝑳𝒊𝒆𝒔 ⋯ 𝑨𝒍𝒆𝒙𝒃𝒚 (𝑲𝒂𝒓𝒎𝒂𝒍𝒂𝒏𝒅 𝑨𝑼)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora