No se necesitan las mil y un noches para sonreír, no se necesitan los oídos de Beethoven para identificar una buena melodía, y definitivamente no se necesitan los romances empedernidos de Shakespeare para encontrar el tuyo.
¿Sabían que un árbol perenne tiene hojas durante todo el año? Las conserva durante 365 días, se mantiene aferrado a cada una de esas hojas, pequeñas, grandes, delgadas o gruesas.
A veces quisiera que los humanos fueran de la misma madera. Que cada hoja que tuviera se convirtiera en un sueño aferrado en nuestras vidas, o por lo menos perdurar con 5 de ellas.
De una sabia persona escuché que en la vida se vienen a cumplir 5 objetivos y cuándo por fin los cumplimos nuestras tareas aquí han terminado.
Esta no es una clase de filosofía, tampoco planeo resolver todas las dudas existenciales de la humanidad, después de todo soy un narrador que actúa a prueba y error, pero de algo estoy seguro.
Mi primer objetivo es el amor.
Lo recibimos, lo encarnamos y lo regalamos.
Estoy seguro, es un objetivo en esta corta vida.
Suspira, llora, siente y devuelve.
Enamórate de la vida, enamórate de ese paisaje y de los malos ratos, enamórate de ti y de la esencia de aquella persona.
Encarna el amor.
Curiosa palabra, ¿no es así?
Palabra de la noche: Encarnar.
Hasta la siguiente noche, apredices.
Los créditos y todo el agradecimiento de mi corazón van a Ximenita04 por hacerme una hermosa portada.
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Aprendices de lo eterno
SpiritualCada noche emprendes un camino. Cada noche puedes descubrir una parte nueva de ti, ¿tú tomarías una oportunidad como esa? Claro que no, nadie toma esas decisiones. La naturaleza impone. Después de regresar creerás que sigues igual, pero, ¿algo cambi...