¿Cómo es convivir constantemente con el dolor? Eren lo sabe muy bien, estando día a día perdiendo ganas de seguir gracias a una enfermedad que lo acompañará por el resto de su vida.
¿Qué pasará cuando su terapeuta le devuelva esas ganas de vivir? Au...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Deje que el silencio nos invadiera al momento de entrar al auto. Suspire y arranque el coche, ambos necesitábamos este silencio, yo porque debía concentrarme en la conducción, y Eren tenía que poner su cerebro en orden.
Pude sentir su mirada varias veces fija en mí, pero aun así yo no volteé; si lo hacía, sabía que estaríamos perdidos. Tenía que ir con los tiempos del mocoso, así que si Eren creía que el silencio nos vendría bien, eso le daría.
Relaje lo que más pude mi expresión, fijarme en el camino ayudó bastante.
Dentro de la película todo se volvió casi insoportable, tenerlo tan cerca, con solo el reflejo de la pantalla por toda luz, me hizo demasiado consiente de que lo tenía a mi lado, que con solo correr mi mano unos centímetros podría tomar la suya. Ni siquiera me importaba que no estuviéramos solos en la función.
Al salir, Mikasa se acercó a mí, muy sonriente.
–Tú serás el encargado de ir a dejar a Eren a casa –miro a Jean quien también me da una sonrisa– Nosotros saldremos hacia otro lugar ahora.
–¿No crees que estas recargando a tu hermano de estrés? –le pregunto enarcando una ceja– Eren está claramente incómodo con mi presencia... esto puede afectarlo.
–Y también sé que se muere por decirte algo, pero no ha agarrado la confianza suficiente para ello... –murmura la chica.
Suelto un suspiro exasperado.
–¿Tengo alguna opción a esto? –les cuestiono y ambos me niegan– Bien, ustedes cargaran con las represalias.
Dejo que ellos hablen con Eren un momento antes de que se fueran, quien los ve desaparecer como si se estuvieran yendo para siempre de su lado. Me acerco y coloco una mano en su hombro y veo que fue una muy mala idea. Pega un salto, asustado, por lo cual me retiro de su lado.
Caminamos fuera del recinto y me deje guiar por él, quien a leguas se notaba no tenía un destino claro al cual llevarnos. Suspire, otra vez el silencio nos invadía y esta vez era más incómodo el que anterior.
No entendía cuál era el motivo por el cual Mikasa no quería que me separara de Eren, cuando lo que veía en el me dejaba en claro que no estaba preparado para mi sorpresiva visita, o siquiera para ser elocuente con sus palabras.
– Levi... –fije mis ojos en el – Vamos...
No pude decirle nada antes de que se metiera en lo que parecía ser un parque. Me quede unos momentos mirando cómo se alejaba de mí. Negué y me decidí a seguirlo. No sabía que pasaría a continuación, pero si me habló, fue porque habría encontrado un motivo para ello.