Daisy Boy [Fargexby]

Чотирнадцять

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En el pueblo era noticia, un niño había desaparecido y eso era nuevo, extraño.

La culpa en un niño se encontraba, la verdad es que sí, tenía la culpa, tal vez debió detenerse cuando se lo habían dicho a la fuerza, pero su cabeza no había entendido, se sentía culpable y la verdad es que debía sentirlo, todo había comenzado por su culpa, bueno, el chico se lo merecía, solo le estaba dando un empujón a intentar crecer un poco, verse en un espejo le hacía parecer idiota, lo era, no lo negaría está vez.

Una mujer desconsolada lloraba, al ver que su hijo no estaba en su cuarto, le había hecho poner el mundo de pies a cabeza, realmente era preocupante. Y Vegetta se sentía culpable por eso, tal vez no debió decir nada, solo está vez.

—¿Crees que se ve bien? — El muchacho asintió, mientras terminaba de darle unos últimos toques a aquella pequeña casa abandonada, que ahora estaba habitada. A Alexby le había servido por fin la clase de carpintería, bueno, también había tenido ayuda de los amigos del bosque de Fargan, como las pájaro carpinteros, luciérnagas que se prestaron para ser sus hices de la noche y enredaderas que se dejaron ordenar, siendo parte de aquella casa. También castores que habían hecho muebles y ovejas de la lejanía que se dejaron cortar su lana para hacer una cama para el nuevo reciente de aquella casa. —¡Se ve genial! — Entrelasaron sus brazos, en un cálido abrazo, cayendo en la cómoda cama, dando vueltas y risas, esas sensaciones de amarillo, naranjo y verde significaba vida, y emociones.

—¡Alexby! ¡Hijo! ¡Soy yo! ¡Tú madre! — Gritaba la mujer acompañada de los que eran encargados de proteger al pueblo, como policías, pero con menos recursos. —¡Alexby! ¡Alex! — Gritaban personas. Estaban pasando nuevamente por el pueblo, esperando que un niño azabache de baja estatura y con margaritas en su rostro dijera «Aquí estoy, tardaste en encontrar ¿No? No jugaré más contigo a las escondidas.»  Soltando su característica risa. —Señora yo creo que.. —

¿Debía rendirse? Ya había pasado una semana.