One-shot

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Hola!! Y con esto, una semana más tarde, por fin termino la KiriBakuWeek2020.

El tema de hoy: Royalty AU /Tragic Love 

Fue un reto enorme que mi partner y yo nos pusimos, ¡y lo hemos logrado! Quiero agradecerle mucho por hacer esto junto a mí <3  

Muchas gracias! <3 

(recién lo subo, casi medio año después, pero ahí está <3 ) 

*********

Nunca dejó de amarlo.

No. Nunca lo hizo. Imposible hacerlo.

Ni el pasar de los años, ni los hilos de plata que nacieron en su cabello lograron arrancarlo de su pecho. No podía. No debía. No quería. No después de todo lo que pasaron juntos.

Se conocieron en la guerra. Eran de bandos opuestos. Había estado a punto de matarlo. Pero hubo algo que lo detuvo. Tal vez fue algo que vio en sus ojos, o en su rostro manchado de sudor y sangre. La tierra en el cabello rubio que se le pegaba a la frente. Los labios tensos. La decisión de enfrentar la muerte. El honor. El orgullo. O simplemente un latir del destino que le hizo soltar la espada y retroceder. Mirada contra mirada.

Habían sido muy jóvenes en ese entonces.

Luchaban por diferentes reyes, en diferentes ejércitos. Sin embargo, creían fervorosamente en los mismos ideales. Pero nadie nunca les dijo eso. Ellos mismos lo iban a averiguar un par de años más tarde, cuando la guerra hubiera acabado tras esa batalla en la que Kirishima le perdonó la vida a Bakugou. Ambos reinos firmarían la paz y se unirían gracias al matrimonio del príncipe y la princesa. Entonces, hubo un tiempo de prosperidad.

Las personas se tomarían el derecho de sanar los traumas de la guerra y las tropas de ambos bandos, ahora unidos en uno solo, descansaron. No había más por qué luchar. Por qué matar. Por qué morir. Y cuando se volvieron a ver, eso fue lo primero que tuvieron en mente. Se habían reconocido al instante. Como si hubieran compartido una vida. Se habían desnudado el alma al borde de la tragedia, y era imposible ignorarlo.

"Casi me arrancas la vida"

Bakugou solo lo había mirado desde la puerta de esa taberna dónde se habían encontrado. Un gesto neutral que guardaba el fuego palpitante que Kirishima había conocido en la guerra. Sus pies se habían movido solos, jalados por la atracción de su vibrante energía. Por qué le había hablado, nunca lo sabría. Tal vez para enmendar la culpa de una bestia asesina que llora en el fondo. Tal vez por pura cortesía. Tal vez...

Tal vez al principio resultó un tanto incómodo. ¿De qué hablan aquellos que han vivido sus únicos encuentros como verdugo y víctima? Pero la sangría era fuerte y sus ojos del mismo color. Color del cuál se tiñeron sus mejillas pasada la medianoche. Era el alcohol, era el furor, era la irrealidad. Era de nuevo la misma sensación que le hizo desistir en batalla. Las mismas manos que lo dejaron ir, ese momento lo retenían. Y es que le ardía una sed borracha de curiosidad por él.

Tan arrebatado desde la primera vez, colmado de deseos pasionales, humanos, carnales, bajos, instintivos, sorprendido de la cercanía que tenía un orgasmo con la muerte, hicieron el amor.

Entre maldiciones, torpes besos extrañados en las comisuras de las bocas y roces en la cintura se habían arrastrado mutuamente a una posada, lejos, muy lejos de sus casas, lanzándose al hambre, la necesidad y una extraña sensación de estar haciendo lo correcto. ¡Y cómo había suspirado! Hundido, perdido, extasiado en piel desconocida que susurraba y gruñía con la misma voz que gritó en su contra alguna vez. Lo había amado.

El soldadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora