La confesión

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Estábamos sentados en el sofá viendo la película cuando de repente él me tomó la mano disimuladamente, pero no tenía nada de disimulado porque lo ví de reojo. Su mano era fría y su piel suave, apenas me tocó la mano me quedé helada, no por su mano fría sino por temor a que pasara algo... Yo voltié a verlo, el me devolvió la mirada y me quedé contemplada mirando su cabello castaño y sus ojos, no podía dejar de mirarlo, sonrió y me preguntó:
-¿Estás bien?
-Si, algo, me parece un poco incómodo esto, es decir, apenas te conozco –le respondí.
-Oye, eres mi amiga, no creas que te haré daño, te tomaba la mano solo como amigos –me dijo.
De repente llega su padre y soltamos nuestras manos rápidamente como si nada hubiera pasado, vi la hora y dije:
-¡Oh no!, ya es tarde tengo que regresar a mi casa.
-¿No te puedes quedar a cenar?, por favor –me preguntó Aaron.
Yo con valentía le respondí:
-No, mira, no puedo Aaron, no está del todo bien en mi casa, anoche pelié con mi mamá porque hizo comida que a mi no me gusta y le dije que mañana no me haga lo mismo, así que tengo que irme a mi casa a cenar porque no quiero tener más problemas con mi mamá. Lo siento mucho pero no puedo, tal vez otro día.
-Okey –me respondió triste.– ¿Pero por lo menos puedo llevarte a tu casa?
-Si. –le respondí.

Aaron tenía 15 años, aún no tenía licencia de conducir así que su papá se ofreció a llevarnos. Al llegar a mi casa le agradecí al papá por haberme traído, saludé a Aaron y entré a mi casa para cenar, esta vez cenamos pizza, lo que más me gusta. Termine de cenar y fui hacia mi cuarto y me quedé pensando en él, en Aaron, su cabello, su mirada, sus ojos, su sonrisa, era perfecto, pero lo que si no podía quitarme de la cabeza era sus manos frías, su palidez, tenía mucha intriga por saber si tenía alguna enfermedad o algo, así que no esperé más y entré a internet a buscar casos sobre la palidez y piel fría. Leía criatura mística, sangre, asesinar, cazar, humanos, inmortal, rapidez, fuerza, volar, luz del día y al final leí VAMPIRO, y dije:
-No puede ser, esto es imposible, ¿vampiro? Eso ni siquiera existe. Mañana voy a preguntarle, no se, pero esto no puede ser... –pensé.

Al día siguiente, el martes, me levanté como todos los días y me arreglé, esta vez era un día soleado, como para ir a la piscina. Fui con la frente en alto llena de energía para ir enfrente de Aaron y preguntarle lo que le debía preguntar. Al llegar a la escuela, en la clase de biología, mi compañero de banco, o sea Aaron, no estaba, y de repente recordé que había leído "luz del día", si, sin duda era un vampiro, pero seguía sin creerlo. Aún no me había dado su celular, y no me acordaba la dirección de su casa tenía que esperar a verlo, tenía que esperar a que sea un día lluvioso o un día nublado, sin sol. La mala noticia es que ¡hasta el jueves iba a estar soleado! No podía esperar tanto. Pero bueno, no se puede cambiar el tiempo así como así, así que tenía que soportar todos los malditos días con sol. Aunque a mi me gusten los días así, los tenía que soportar.

Al caer el viernes, estaba preparada para decirle, así que llegué a la clase de biología (si se están preguntando si tengo biología todos los días, la respuesta es no, solo los lunes, martes y viernes. Él estaba en todas mis clases), me senté a su lado y le pregunté:
-Oye, una pregunta, ¿por qué faltaste desde el martes a la escuela? Estaba preocupada por ti, tenía que decirte algo importante.
-Es que con mi familia tuvimos que irnos unos días de la ciudad, temas personales –me respondió. ¿Qué querías decirme? –me preguntó.
Al decir "temas personales" no le creía en absoluto, para mí salieron de caza, o asesinaron a alguien, pero ¿temas personales? Hum...
-Aquí no te lo puedo decir, tiene que ser en privado –le dije.
Al decirle eso me miró con una sonrisa en su rostro, esa bella sonrisa que me enamora, y pensé:
-Seguro éste se pensó que le voy a decir que lo amo o algo por el estilo... No es decir que lo ame, o que me guste, sólo estoy suponiendo.

Al terminar el día de escuela, nos fuimos al lugar mas privado que había, el Wells Hill Park. Aunque era un parque público, nos fuimos al lugar mas oculto que podríamos encontrar, fuimos al fondo del parque entre los árboles. Me dirigí hacia él y le dije:
-Mira, yo no creo en estas cosas, tampoco sé si es real o no, pero me quedé con intriga al tocar tus manos, al ver tu piel... El día que vimos la película en tu casa cuando nuestras manos se tocaron las sentí frías, y tenía la intriga de saber porque causa es que estaban tan frías, así que no perdí el tiempo y apenas llegué a mi casa entre a internet y me puse a buscar causas de porque las manos frías o la piel pálida. Y lo primero que leí fue criatura mística, luego sangre, después asesinar, cazar, humanos, inmortal, rapidez, fuerza, volar, luz del día y vampiro y yo me quedé helada al leerlo porque sabía que todo eso era mentira, que para mí no existía entonces tenía que preguntártelo porque no lo creía. Hoy cuando llegaste a clase y me dijiste el porque de porque faltaste desde el martes hasta el jueves, no te creí, no te ofendas, pero yo estoy casi el 100% segura de que sos uno de ellos...
-¡Anda, dilo, yo sé que tu sabes! ¡Dilo, grítalo para que la gente te escuche! –me dijo furioso.
-Oye, ¡cálmate Aaron! Mira, no creo en estas cosas, pero lo que sé es que es un secreto y no hay que divulgarlo. Si, yo creo que tú eres un vampiro, pero no lo voy a gritar. No te tengo miedo –le dije encabronada.
-Es extraño que no me tengas miedo, es decir, soy un vampiro, podría hacer cualquier cosa contigo, pero no puedo, mira Lisa, la verdad es que me gustas mucho, no lo puedo negar, tú eres hermosa, tu cabello, tu cuerpo, todo. Mira, siento que te enteraras de ésta forma, pero no tenía como decírtelo. Y gracias por guardar mi secreto Lisa –me dijo.
-¿Yo? ¿gustarte? ha ha, pero medio raro, digo, me conoces hace 2 días, descontando los días que faltaste. Es muy dulce que me digas eso Aaron, pero si quieres ser algo todavía hay que esperar... No hay de que, sé guardar secretos –le respondí.
-Si, me gustas, me gusta tu curiosidad, tu sonrisa, tu cabello, tus ojos, tu cuerpo, me gusta todo de vos. Quédate tranquila, aún no pensaba en ninguna relación así que no te sientas incómoda –me dijo.
-Mira, me parece interesante esto de los vampiros, de ser rápido, inmortal y eso. Desearía que me conviertas, pero, ¿es muy arriesgado? –le pregunté.
-Si, demasiado arriesgado Lisa, aunque quiera hacerlo no puedo, puede que tu sangre humana no me deje parar y podrías llegar a morir –me respondió.
-Yo sé que tu puedes parar, si tanto me amas como tú dices, debrías parar. Yo confío en tí –le dije.
-Veré que hago –dijo Aaron.

Un novio vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora