Toda una viciosa

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Hola mis bellas y bellos lectores, gracias por entrar aquí. Hoy no les traigo una actualización, sino que un One-Shot. Lo siento traté de concentrarme en actualizar, pero no pude, son cosas que suceden. Volviendo al shot, sólo diré que va dedicado para mis lectores amantes del lemon. Espero que lo disfruten.

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Como siempre agradezco a todas las personas que leen mis historias y que me dejan uno que otro comentario, a las que votan, a las que agregan mis historias a sus listas, a las que me siguen y a las que simplemente me leen.  Para todos ustedes, muchas gracias, me inspiran de cierto modo a continuar.

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One-Shot dedicado a todas las personas que comentaron en mi última actualización: HEYEARJA, Princesa_Temari, carmen_tz, lavalley1402, Sha-Tea, Komurasakie, thestoryswriter, JoselynPuga7, Reiss3116, Chie_Zoe, Shikamarunosabaku, trilextl17, LindaCameron0, JessicaMartinezAguil, Mizuiro_Rido, panteraloquita, ysacano7, LailaG18 y thalixitha. Gracias por comentar, les mando a todos un gran beso y un fuerte abrazo.

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Disclaimer: Naruto y todos sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto. La historia es mía y la publico sin ánimos de lucro.

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Toda una viciosa

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Estábamos acostados en nuestra cama, relajados, como Kami nos trajo al mundo. No sé cuántas veces ya habíamos copulado, ni tampoco sé cuántas veces ya me había venido en su interior, sin embargo, todo indicaba que íbamos a pasar el resto de la noche practicando ese exquisito vicio.

Mi problemática no tenía límites, ya que en la cama era toda una kunoichi entrenada, y aunque yo aparentemente me veía como un vago sin remedio, para ese tipo de menesteres, las ganas nunca me faltaban.

Cómo no me iban a faltar, si la muy descarada siempre se paseaba en paños menores por la casa.

Sabía cómo seducir y encender mi pasión, dado que la muy condenada era igual de caliente que yo. Se apegaba a mi cuerpo y se frotaba con descaro, o simplemente se reía con malicia para luego acercase y correrme mano. Evidentemente, el matrimonio la había convertido en una libidinosa sin recato.

La tenía abrazada bajos las sábanas, mientras mirábamos un fastidioso programa de televisión, de ésos que sólo rellenaban la programación después de la medianoche. Pude notar que se aburrió, ya que sutilmente giró su cuerpo, sin cortar el abrazo, para darme la espalda.

Aquí comenzaba otra vez.

Y no me equivoqué, ya que a los segundos de haberse girado, echó su trasero hacia atrás y lo apegó a mi miembro que ahora estaba en reposo. Comenzó a balancearse con suavidad, un movimiento poco perceptible, pero que mi mente y mi sexo notaron con claridad.

—Detente, problemática —susurré de la boca hacia afuera, pero en realidad no quería que parara. Había que ponerse al día, después de haber estado casi una semana fuera de casa.

La escuché reírse traviesa, haciendo caso omiso a mis palabras.

Mi miembro comenzó a reaccionar.

Continuó con su rico sobajeo, hasta que de repente se detuvo y se comenzó a desperezar.

Sonreí para sí. Su lado perverso estaba latente incluso en estos momentos.

Al rato después, torció levemente su torso hacia mí. Yo por inercia acerqué mi cara a su rostro. Me sonrió de forma seductora posando una de sus manos sobre mi mejilla. Mordió con sensualidad mi labio inferior, y yo en ese momento, sólo podía pensar en los movimientos que hace rato atrás me estaba haciendo con su redonda cola.

Toda una viciosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora