Susurros en el viento (historia participante del concurso #letrasindie)

Susurros en el viento

Me desperté sobresaltado, la habitación estaba en plena obscuridad

El pulso palpitaba desbocado bajo mi piel y mi corazón daba brincos en mi pecho, al tiempo que una gota de sudor recorría mi frente.

Observé a mi rededor en busca de algo extraño, no había nada. Me incorporé. Mi cuerpo se encontraba en estado de alerta, como si algo estuviera por ocurrir de un momento a otro.

Encendí la luz y algo me llamó poderosamente la atención, solo llevaba puesto un pantalón pijama color rosa pálido.

El frío estaba helandome la piel; me quemaba.

La ventana estaba abierta y me acerqué a cerrarla. No era normal este frío en esta zona tan húmeda y tropical, sin embargo, al mirar por ella el gris del cielo, la obscuridad de las calles, los edificios cuyos habitantes descansaban en sus camas tan plácidamente, todo estaba cubierto por un manto de la más pura nieve.

Las pocas hojas, ya muertas se mecían descontroladas por el viento que salvajemente azotaba todo a su paso, produciendo así una especie de silbido, como si tarareara una melodía tenebrosa, pero tan magnética como el canto de una sirena; esa melodía pronto se fue convirtiendo en pequeños murmullos que no lograba entender con claridad. Traté de agudizar mis sentidos para comprender el mensaje, cuando de repente, oí un grito cargado de horror detrás de mi < CORRE!!!> y el viento me azotó la cara con imágenes que no comprendía.

~ su bello rostro sonriendo, su casa, sangre, mucha sangre~

El mensaje se hizo claro, algo le sucedería.

Ella era Shyla witman, mi nueva vecina. Se había mudado hacia poco.

Salí corriendo, debía ayudarla. solo que al traspasar la puerta, el frío me heló el cuerpo. La piel se me erizó, las manos me temblaban.

Miré a mi rededor, la obscuridad habitaba en cada lugar al que miraba. El humo salía de mi boca, el frío era excesivo pero no me impidió que siguiera corriendo. Debía llegar a su casa.

Doblé en la esquina observando cómo nuevamente comenzaba a nevar. Los copos de nieve caían desenfrenadamente, impulsados por el fuerte viento, un extraño sonido me hizo correr más fuerte, al darme la buelta para ver de donde provenía, mis pies descalzos dieron con algo resbaloso que hizo que cayera. Al mismo tiempo que las voces del viento canturreaba "el peligro esta cerca" mi cuerpo caía al suelo, dando mi cabeza contra el asfalto congelado, más imágenes me azotaron con el impacto.

~ su cuerpo desnudo, transpirado, el llanto en sus ojos y una mano sosteniendo una cuchilla bañada en sangre.~

Me incorporé, no podía permitirlo. Ella sería asesinada.

Corrí lo más rápido que pude, los latidos de mi corazón parecían gritar desde mi pecho.

Los copos de nieve seguían cayendo, golpeando mi cuerpo que parecía inerte como todo a mi rededor.

Doblando a la izquierda, tres casas después, estaba su casa. Los segundos se me hicieron eternos. Llegue. Un enorme ventanal daba hacia el comedor.

Me acerqué allí, pues no podía creer lo que veía.

Ella estaba vestida muy provocativa, sentada frente a un hombre. Su asesino.

Su vida dependía de mi.

Sé levantaron y ella camino hacia él, que la aguardaba de pie, paso su mano en una caricia desde su cuello hacia su mentón, uniendo sus bocas en un beso apasionado.

Los copos de nieve serpentiaban en una danza única al son de la melodía del viento.

Bajé la mirada, mis pies bañados en la nieve que parecía aún más blanca, y de pronto, pequeñas gotas cayeron de mi. Tiñendo todo de rojo por el color de la sangre que extrañamente, emanaba de mi cuerpo. Impulsivamente levanté la vista dándome con algo aun peor, ella se desvestia frente a aquel hombre que no llegaba a ver, solo que en un momento dado él se corre para sacarse los zapatos y por fin logre verlo.mi sorpresa fue mayor, ese hombre.. Era yo.

No podia seguir viendo ese escenario. De pronto una ráfaga me golpea nuevamente con nuevas imágenes.

~Su cuerpo desnudo junto al mio, ella se levanta y se va. Un ruido me despierta y me incorporó tomó lo primero que encuentro, sus pantalones rosa y me los pongo. Ella lloraba y fui a darle un abraso. Sentí un golpe y vi en su mano una cuchilla bañada en sangre.~

Volví a la realidad. Debía impedirlo, no podía morir pero que podía hacer? Era solo un fantasma, una sombra en la nieve. No me quedaba mucho tiempo, podía sentirlo.

Entonces el viento me arropó, levantándome por el aire, no podia respirar. Los copos de nieve me cubrían, ya no podia luchar, mi cuerpo parecia inerte como las hojas que pendian de los arboles. Morir no estaba en mis planes, sin embargo, estaba sucediendo.

Me dolía el pecho, el aire no ingresaba, extrañamente me sentía en paz. Todo se volvió obscuro. Era mi fin.

Pesadamente abrí mis ojos, estaba desnudo en su cama. Habíamos hecho el amor y ella estaba hermosa, radiante. Quizás sólo era un mal sueño. Me acomode mejor para seguir durmiendo, ella se levanta. Un ruido llamó mi atención.

Me levanté de golpe y vi el pantalón rosa... dude por unos segundos en tomarlo o no. Me desidí por tomarlos pues era lo único más cercano para tapar mi desnudez. Miré el viento por la ventana... Las sensaciones se agolparon en mi estomago y sentí deseos de vomitar. Me senté en la cama, dubitativo, no era sólo un sueño.

Llevé mis manos a mi estomago, donde el cuchillo se adentraria. Otro sonido se produjo, este provenía de la cocina. No podía ir, seria mi fin.

El pulso se me aceleró de golpe, el corazón comenzó a dar brincos dentro de mi pecho, las manos me transpiraban, Impulsivamente me acerqué a la ventana la abrí y aunque no había nieve, no hacía frío, el sonido de los autos en la calle en sus vaivenes constantes.

Cerré los ojos, solo se trataba de un simple sueño, una pesadilla muy extraña, pero no podía dejar de sentirme tenso. Entonces como por arte de magia el sonido en el aire me atravesó los oídos, los susurros canturreaban cosas sin sentido, abrí mis ojos precisamente en el momento exacto en el que un grito cargado de horror se dio paso detrás de mi. CORRE! No lo pensé, no tenia opción. Salí de la habitación sin hacer ruidos, tome el mango de la puerta y sonreí. Finalmente había vencido. Corrí hasta estar a salvo...aunque las voces jamás se fueron.

Fin?

Soledad Coronel.