Innocent [ 1 ] → KookGi ꪜ

ú n i c o

Antes que nada, voy a aclarar que tengo experiencia nula escribiendo este tipo de cosas, perdón si no cumple tus expectativas, pero como ya lo he dicho: esto es un escrito experimental.

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Yoongi suspiró al contemplar el lienzo completamente en blanco, llevaba alrededor de diez minutos discutiendo consigo mismo qué color de base debería usar. Podría fácilmente ir por un cielo estrellado, o complicarse las cosas y hacer un día soleado de verano.

Sweater Weather de The Neighbourhood sonaba a un volumen moderado en la pequeña pero hermosa sala de estar, lograba que su humor no se viera afectado por su indecisión.

—Esto es tan difícil.—murmuró puchareando.

—¿Qué es tan difícil?

Se sobresaltó en su lugar al escuchar aquella ronca y atrayente voz cerca de su oído, la cálida respiración chocando contra los vellos de su nuca haciendo que escalofríos recorrieran toda su espalda, su sentido común le rogaba por reaccionar, pero este se veía nublado por la agradable sensación que se presentó en su estómago.

Jeon Jeongguk, un chico particularmente atractivo y popular que, de alguna forma u otra, terminó siendo su compañero de piso. Para Yoongi, Jeongguk era un enigma; su nombre era conocido por la universidad, no había estudiante que no supiera de su existencia, pero a pesar de su popularidad, no tenía un gran grupo de amigos tampoco se encontraba siempre rodeado de personas. Al contrario de lo que pensaba en un principio, nadie era lo suficientemente valiente como para acercase. Su brazo izquierdo cubierto de tatuajes al igual que su mano, cabello negro largo, alto y una aura oscura lo caracterizaban.

Jeon Jeongguk era intimidante.

Por lo que había escuchado, venía de una familia noble, la misma que lo negó después de declararse gay. Yoongi entendía la actitud arisca y defensiva de su roommate, él tampoco confiaba mucho en los demás debido a su orientación sexual.

—Te estoy hablando...—Jeongguk susurró dulcemente en su oreja.—Yoongi.—la forma en la que saboreó su nombre hizo que por casi poco sus piernas temblaran.

Él era así.

Extrañamente juguetón cuando se lo proponía.

—No es nada.—dijo al fin, felicitándose internamente por no sonar tan cohibido. Giró sobre su lugar, encontrándose con la intensa mirada del menor, tratando de sostenerla y presentarse amenazante.—Y llámame hyung, mal educado.—regañó frunciendo el ceño.

Jeongguk sonrió, mostrando su singular sonrisa de conejito; aparentando la inocencia que no poseía.

Era jodidamente atractivo y lo sabía.

—Hyung.—probó el honorífico en sus labios, atrapando el piercing en este con los dientes.—Me gustaría que fueras tú quien usara ese término.

Y con eso, le dedicó una última sonrisa al mayor, dejándolo confundido. Yoongi abrió la boca para decir algo al respecto, pero Jeongguk hacia su camino hasta su habitación, desapareciendo de su vista después de unos segundos.

—Pero yo soy mayor.—aclaró al silencio, sin entender el comentario hecho por su compañero de piso.

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—Jimin, ya no sé qué hacer.—se quejó Jeongguk, echándose sobre su preciada cama.—Te juro que he intentado de todo,—dejó que sus músculos se relajaran antes de continuar.—pero él no parece entender que me lo quiero coger contra cualquier superficie existente.