Viens.

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La miré directo a los ojos mientras yacía en el suelo agonizante, una espada atravesaba mi pecho y dolía, dolía como nunca, pero eso no era nada comparado con el dolor de mi corazón al saber que la perdería una vez más. —Mi amor no llores, por favor.—le pedía en mi agonía, porque verla sufrir de ese modo me destrozaba el alma.

Ella sorbió su nariz una vez más y acercó su mano temblorosa a mi cabello intentando calmar sus sollozos, para acariciarlo con suavidad.—Prometiste que no volverías a irte —dijo entre lágrimas y con voz tremula, yo por mi parte ya podía sentir como la vida se iba de mi cuerpo con el pasar de los segundos.

Mi sangre esparcida en todo el suelo a mi alrededor...

Le dediqué una sonrisa triste, porque nuevamente había fallado en mi promesa.—L-lo lamento de verdad preciosa, pero ya mi tiempo se acaba —le expliqué empezando a ahogarme con mi propia sangre y su llanto se intensificó. —Qui-quiero que sepas que te amo más que a nada, y que no importa cuantas veces deba morir, siempre—hice un esfuerzo por tomar con una de mis manos su mentón para que me mirara a los ojos—escuchame bien, siempre volveré a ti.—

Con mis ultimas fuerzas tomé su mano y la acerqué a mis labios para dejar un tierno beso en el dorso.

Susurré un ultimo te amo para ella y me dejé llevar por la oscuridad al fin...

Lo ultimo que pude sentir fueron sus brazos aferrándose a mi cuerpo ya sin vida y escuchar su desgarrador grito al cielo en señal del sufrimiento que le causaba mi pérdida.

No estaba seguro de que volvería.
De lo único que estaba seguro era de que no había cumplido mi misión y debía ser castigado por ello.

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En busca de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora