CAPÍTULO 1

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Las clases del profesor Hamilton son mortales, más teniendo en cuenta que el hombre ronda los sesenta años y parece no tener ningún tipo de emoción cuando habla. Ahora mismo está explicando los orígenes de Los hijos de la luz, mito que ha ido pasando de generación en generación y del cual solo quedan unas pocas rocas que verifiquen tal historia. Los hijos de la luz nacemos con una marca en forma de sol y con habilidades que se manifiestan en la pubertad, a algunos antes y a otros más tarde, y que consisten en los cuatro elementos de la naturaleza; tierra, fuego, agua y aire.

Al mismo tiempo que aparecen tus habilidades también aparece una marca, al lado de la del sol, que indica a qué elemento perteneces. Una vez aparece esa marca eres entrenado junto con los de tu mismo elemento para profundizar tus habilidades y manejar tu poder. Hasta hace dos años nunca se había dado el caso de que una persona pudiese manejar más de un poder.

El siete de septiembre del 2015, fecha que siempre voy a recordar, me sucedió algo inesperado, manifesté mis poderes como cualquier adolescente, pero la sorpresa fue que en vez de aparecer mi marca con mi elemento correspondiente me salieron cuatro, uno por cada elemento rodeando al sol, lo que significa que soy capaz de manejar todos los elementos. Fue un día caótico en la escuela, ya que nadie en la historia de la magia había sido capaz de controlar más de un poder, por lo menos no hay registros de ello en los libros de magia de las bibliotecas.

Hay gente que lo ve como un milagro de la Diosa Lux, otros como algo que estaba predestinado y otros como el presagio de que algo malo se acerca. Yo, por el contrario, lo veo como una maldición, por culpa de estas marcas estoy obligada a manejar a la perfección todos mis poderes, lo que significa que tengo el cuádruple de asignaturas y un horario propio que resulta tedioso, además de las miradas constantes de mis compañeros.

-¡Raeven, Raeven !- me susurra Piper, me giro a verla- llevo dos minutos llamándote, ¿ se puede saber en qué demonios pensabas?

-Lo siento, pero las clases de Hamilton son como una anestesia para mi cerebro- y no miento, cada vez que ese hombre empieza a dar su clase yo entro en trance y no presto atención - ¿ Para qué me llamabas?

-Necesito que alguien me acompañe a la ciudad a recoger unas cosas que me ha encargado mi madre- justo en el momento en el que le voy a decir que no, me interrumpe- ya se lo he preguntado a los chicos y me han dicho que no.

    Conozco a Piper desde los seis años, nos hicimos amigas cuando un día, Killian me arrojó una bola de barro al pelo. Ella me vio llorando y me preguntó que qué me había pasado, por lo que cuando acabe de contarle la historia se acercó a Killian y le arrastró del brazo hasta donde yo estaba y le obligó a disculparse en ese mismo momento. Desde entonces Killian, Piper y yo hemos sido inseparables.

     Piper es todo lo contrario a mi, es pelirroja y con unos rizos indomables, sus ojos, pequeños son verdes con algunas motas doradas, son realmente precioso. Su nariz es algo grande para su rostro pecoso y redondo. Pertenece al elemento fuego, es por ello que a veces nos metemos con ella diciendo que su pelo está en llamas. Es una persona con un carácter por lo demás sociable y risueña, siempre y cuando no la hagas enfadar. Piper Bush con su metro sesenta y siete, su carita de niña, su cuerpo de mujer y su personalidad, es una de las chicas más llamativas de todo Maynard School.

   En cambio yo soy pelo negro y liso como una plancha, unos ojos grandes y marrones que no dicen nada, mi cara redonda con mi nariz salpicada de unas pocas pecas y mido uno setenta. De personalidad soy bastante torpe para socializar, suelo estar muy seria al principio pero una vez estoy en confianza puedo hablar contigo durante horas. Tengo tendencia a tropezar incluso con cosas que no hay, o a chocar con todo lo que esté cerca de mi, es por ello que a veces escucho comentarios de mis compañeros e incluso de los profesores del por qué se me ha otorgado a mi semejante poder.

   Ojalá empatizasen un poco más, no es fácil ser la única de todo el reino de la Luz con la capacidad de controlar los cuatro elementos de la naturaleza, los profesores esperan mucho de mi en cada lección que dan.

- ¡REAVEN!- grita Piper.

- Señorita Bush, ¿ le pasa algo con su compañera?- le mira de mala gana el profesor Hamilton.

- Ehh no señor Hamilton, Reaven se ha distraído y estaba intentando que volviera a concentrarse en su clase- dice con una sonrisa demasiado amplia.

- Para la próxima deje que su compañera se distraiga y no interrumpa la clase.

- Si señor Hamilton- responde Piper con mala cara.

La siguiente media hora de clase consistió en Piper intentando convencerme para ir con ella a la ciudad y yo diciéndole que no una y otra vez.

- Pregúntale a Killian- le digo cansada de su insistencia.

- Ya le he preguntado y ha quedado con no se quién para entrenar depúés de clases.

- Lo siento Piper, pero ya sabes que no me dejan ir a la ciudad y menos sin vigilancia.

- Oh vamos Reaven, nadie tiene por qué enterarse y solo será una hora, dos horas como mucho - insiste.

  Sabes que no importa el tiempo que sea, si me voy se van a dar cuenta enseguida. Me vigilan por todos lados- es realmente molesto la verdad, no tengo nada de libertad. Ni siquiera me dejan salir del instituto los findes de semana- Además, ¿ que vas a hacer en la ciudad un miércoles?

-Bueno veras.... El fin de semana pasado conocí a un chico y me ha escrito para vernos está tarde, pero no quiero ir sola....- me dice avergonzada.

- Dile al chico de quedar otro día- ruedo los ojos.

- Ya lo he hecho y los demás días o tiene clase extraescolar o entrenamiento con el equipo de futbol de su instituto.

No es raro que Piper quede con chicos, me atrevería a decir que cada dos semanas conoce a un chico nuevo, el problema que tiene es que al parecer todos le aburren y ninguno le hace sentir el suficiente interés como para durar más de dos o tres semanas. No recuerdo haberla visto nunca saliendo con chico, ni siquiera ilusionada por alguien.

- Lo siento pero no puedo ir- digo en medio de un suspiro.



Hijos De La Luz ( saga esenciales 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora