Escúchame-Supercorp one shot

lo siento

Lena Pov

No me pregunten de que está hablando Andrea, porque mentiría si dijera que le estoy prestando atención. Las personas acá parecen tan concentradas escuchándola a ella y a mi hermano, estupidos están idolatrando a un idiota calvo que debería estar muerto si no fuese por toda aquella crisis.

Mi cabeza duele, como la mierda, y no miento si digo que me está comenzando a faltar el aire el estar con tantas personas a mi alrededor.

Volteo la cabeza y la veo, la extraño. Se me hace imposible que no se me encoja el corazón al verla en ese estado, tan vulnerable, y todo por mi culpa.

Puedo ver que se dirige hacia el ascensor, no aguanta más estar acá, mis ojos se llenan de lágrimas y no dudo en seguirla; por suerte logro detener el ascensor antes de que este suba. Y lo primero que veo es sus ojos llorozos.

En silencio, entro al ascensor y tecleo con dedos temblorosos la planta baja, supuse que Kara subiría por lo que luego de apretar el botón de mi destino tecleo el número del piso de su oficina.

La miro.

Y se me encoje el corazón.

Me debato mentalmente sobre lo que debo hacer, no soy buena con las palabras ni tampoco con los gestos; por eso cuando ella me mira dándose cuenta que le sostengo la mirada no lo dudo dos veces al apoyar mi bolso en el suelo y tirarla hacia mis brazos.

La veo dudar, pero en cuanto siente mis brazos al rededor de su cuello entierra su rostro en mi cuello y siento como este se empieza a humedecer.

Está llorando.
En mis brazos.

La apreto más a mi, y sin desprender su agarre apretó a tientas el botón que detiene el ascensor.

Estamos las dos solas, en el medio de un ascensor abrazadas y lo único que se escucha es el sonido de los sollozos de Kara.

Mi cabeza duele aún más que antes, deben de ser los nervios, pero la sensación de satisfacción por tenerla en mis brazos no se desvanece.

–Todo estará bien, lo prometo.–Le surruro para intentar calmarla, pero logro sacarle un gemido de dolor. Me pego mentalmente.

Ella se desprende de mi agarre y la miro, sus lentes están empañados por el llanto así que se los saco.

Ella me mira, yo le sonrió.

Me guardo sus lentes en mi bolso y vuelvo a ella para darle otro abrazo, solo que esta vez su rostro no está enterrado en mi cuello.

–Lo siento tanto Lena.–susurra en mi oído.

Mis piernas tiemblan y la apreto más a mi.

–Solo abrázame.–Le digo con el corazón en la garganta y su mano va a mi cintura para apretarme más a ella.

Cierro los ojos fuertemente.

Me separo de ella y la miro, miro todo su hermoso rostro y como las lágrimas caen sobre el.

Seguimos abrazadas, por lo que llevo mi mano derecha hacia su mejilla para secar las lágrimas. Ella inclina la cabeza hacia mi mano en busca de más tacto.

–Una mujer tan linda como vos no debería de llorar.–mi pulgar se pasea de arriba hacia abajo por toda su mejilla.

–Lena..–logra decir con la voz entrecortada.

La callo con mi dedo sobre sus labios.
Ella me mira.

No aguanto más y la beso, castamente, deseando que me responda.

Me separo con los ojos cerrados por miedo a su reacción cuando siento un tirón en mi nuca que me inclina hacia adelante llevándome nuevamente a sus labios.

Me hace abrir la boca y su lengua se encuentra con la mía. Escucho como se le escapa un gemido al sentir mi sabor, la apreto más a mi.

Nuestras lenguas danzan en una sincronía perfecta, como si se hubiesen conocido todo este tiempo.

La falta de aire nos hace separarnos, pero eso no me detiene a seguir dejando besos sobre sus labios al momento de separarnos.

Mi cabeza deja de doler.

Me mira.
La miro.

–Esto es mucho mejor que escuchar tus gritos.–me dice y me hace reír.

La vuelvo a atraer hacia mi boca y en ese momento pienso que no desearía estar en otro lugar que no sea en sus brazos.