Página 1: primer encuentro.

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El día transcurría con normalidad, no existía ninguna nueva novedad la cual fuera digna de contar.

A profundidades de un bosque existía un lago, lago el cual contenía aguas cristalinas las cuales limpiaban el alma, y, una gran roca con pentagramas que mantenía su tarea de hacer compañía, hasta entonces después de tanto, ningún ser humano ha sido capaz de descifrar el mensaje oculto en esta.

Pero había un pequeño anciano, el cuál sabía perfectamente el significado.

Dentro de una cabaña compuesta de madera se encontraba aquél, acariciaba con lentitud y gran cariño la cabeza de una pequeña criatura, criatura la que a medida que pasaba el tiempo empezaba a revelar una nueva aventura, aquella la cual marcaría con gran fiereza la vida de dos jóvenes.

Dentro de una cabaña compuesta de madera se encontraba aquél, acariciaba con lentitud y gran cariño la cabeza de una pequeña criatura, criatura la que a medida que pasaba el tiempo empezaba a revelar una nueva aventura, aquella la cual marcaría co...

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Bajo una pequeña cascada en el centro del bosque se encontraba cierto blondo limpiando los restos de barro acumulado en su cabello, sucedió de nuevo.
Nuevamente se dejó pisotear por los chicos que junto a él habitaban en la aldea.

Claro no pudo hacer nada en su defensa, y aunque pudiera, no tendría la fuerza suficiente para arremeter contra ellos, esa es la maldición que cae sobre todo doncel que no se acepta tal cuál es.

Fácilmente hubiese podido hablarlo con sus padres, es un punto, ya que esto era recurrente. A su favor estos eran sumamente respetados e imponían ese valor a cualquier lugar al que visitaban, la razón era bastante obvia.

Su padre es el hokage.

Pero aunque lo hablara, los resultados no serían lindos, ya habían grandes posibilidades de que los ataques aumentaran su intensidad y eso era algo lo cual rotundamente se negaba a aceptar.

Es aquí donde comienza todo.

Al terminar con su labor sacudió como cierta criatura perruna su cabellera, pero a pesar de eso pequeñas gotas se encargaban de resbalar por su rostro hasta llegar al cuello de su abrigo.

Mala suerte.

Estaba completamente sucio, manchas de sangre esparcidas al igual que la tierra mojada convertida en barro.

Ha tenido días mejores, sin duda.

Fue poca la dificultad con la cual retiró aquel, procurando no ensuciar la polera que traía debajo, nuevamente se acercó a la preciada cascada tratando de limpiar aquel trapo el cual le dió mucha dificultad.
Murmuraba una de sus canciones favoritas, siempre llevaba presente que; aunque tuviera mil problemas, siempre existiría una manera de escapar de ellos. Pero por otra parte en lugar de escapar siempre tendría que enfrentarlos, vaya lío para alguien no tan valiente.

...

Por otra parte, un intruso observaba expectante desde los arbustos las acciones del joven rubio; llevaba un tiempo allí, incluso logró ver cuándo este fue atacado.

Y aunque no fue mucho lo que hizo, se sintió de gran ayuda al arrojar varias rocas a los agresores.

Su nombre es sasuke, sasuke siempre fue un chico muy tímido, y aunque sintiera grandes ganas de acercarse al chico al que espiaba. Le era imposible no sentirse cohibido con tan solo pensar en una actitud llena de desprecio.

¿Por qué no hacerlo de lado?.

No es como si fuera fácil.

Es un chico bastante torpe en ocasiones, y gracias a ello había sido descubierto en ciertas hazañas las cuales nunca llegaban a completarse.

— ¡Hey, tú!.— Escuchó el llamar, reconocía perfectamente esa voz por las ocasiones en las que solía acechar, como esta por ejemplo.

Su piel se erizó y un gran cosquilleo recorrió su espina dorsal, ¿qué haría?.

No tuvo tiempo siquiera de reaccionar, el doncel estaba a unos pocos centímetros de su rostro.
Y, con sus mejillas rojas como un cerezo intentó retroceder, a su mala suerte un pedazo de tronco le hizo caer levantando el polvo que más tarde se encargaría de ensuciar sus pantalones.

— ¿Qué hacías ahí?.— Volvió a hablar el blondo sin recibir respuesta, claramente le molestaba ser ignorado pero por algún motivo quiso mostrarse amigable ante ese muchacho.

— Yo..., lamento mucho...— Las palabras de sasuke salían estancadas, sentía ahogarse con su propia saliva, temeroso a la reacción del muchacho frente a él. ¿Cuándo se descuidó tanto?

— No te preocupes, ¿pero me dirás qué hacías, no?.— Mostró una sonrisa bastante alegre, haciendo entonces que el moreno tomase un poco más de confianza hacia él.

— Vengo aquí...a veces, solo eso....— Fijó su mirada en las yerbas verdes que abrazaban su piel, por un momento noto al rubio dudando de su respuesta.

— Ni modo, pero debes irte a casa, está oscureciendo y no debemos quedarnos. Si llego a tardar un poco más mis padres se preocuparan y van a regañarme-ttebayo.— Mordió su labio inferior temeroso, provocando varias sensaciones en el cuerpo ajeno.

— ¿Cómo te llamas?.— El moreno se animó a preguntar, al menos si se irían a sus hogares quería irse sabiendo un dato importante del muchacho para la próxima vez que volviese a verlo.

— Naruto, me llamo naruto.— Respondió extendiendo su mano al moreno, el cual sin dudar la tomó— ¿Y tú?

— Sasuke, gracias por ayudarme naruto.— Curvó sus labios hacia arriba, mostrando una suave y pequeña sonrisa. Sonrisa la cual únicamente mostró al blondo con total sinceridad.

— ¿Ayudarte?, pero si solo te ayudo a levantarte...—Se detuvo a pensar por unos segundos— Oh, está bien, está bien, no importa.

Rió avergonzado, sasuke también rió al notar lo tonto que era el chico.

— Dobe.— Escupió sin vergüenza.

— ¿¡Eh!?, no soy un dobe, teme.— Se mostró un poco más agresivo.

Y aquí es dónde comienza la historia entre sasuke y naruto, un doncel extrovertido, y un varón bastante tímido.

El diario de un doncel. [SasuNaru]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora