Allí estaba yo, llorando. No me podía creer que me pasara esto a mi. Y mucho menos el día de mi 16 cumpleaños.
Hace una semana mi vida era perfectamente estupenda. Tenía un novio guapísimo al que quería un montón, muchas amigas, era de las popus del insti... Pero todo había cambiado.
Ya nadie quería estar conmigo salvo Marc, Paula, Bea e Inés.Todo por culpa de Carlota, la chica más popular del insti. Ella, sin duda, era considerada la más guapa por los chicos. Con su melena rubia que casi le llegaba a la cintura y sus ojazos verdes conseguía a todo el que se propusiera. Era cómo una barbie. Entre las chicas, en cambio, no tenía tanta fama. Pues en sus dos años en el insti casi ni nos había dirigido la palabra.
Como decía, desde hacía dos días la mayoría de gente me había dejado de hablar, ni se me acercaban por miedo a que alguien les viera y pudieran perder su reputación, lo único que hacían era reírse de mi.
Todo empezó cuando Carlota anunció que el viernes montaría una fiesta en su casa y que todo el curso estábamos invitados. Así era ella, se ganaba el "cariño" de la gente con fiestas...
Unas amigas y yo quedamos en ir y pasarnos lo bien dejando a un lado el odio que le teníamos.
La fiesta empezó a las 22h, pero como de costumbre, llegamos media hora tarde. La casa era enorme. Nada más entrar ya impresionaba el recibidor que tenían. Un señor vestido con un traje negro nos recibió en la puerta y nos pidió los abrigos para guardarlos en un armario. Parecía un hotel. Seguimos el sonido de la música hasta llegar al salón. Allí se encontraban cien personas o más.
Todas bailaban en parejas así que fui a buscar a Gonzalo para que bailara conmigo. Él y yo llevábamos saliendo 3 meses y de momento no habíamos tenido ninguna crisis, todo iba perfecto.
Lo encontré en un rincón, apollado en la pared. Parecía aburrido. Me estaba acercando a él, cuando de pronto Carlota lo cogió de la mano y se lo llevó a la pista de baile. No dije nada,que podía hacer?
Le lancé una mirada asesina, pero creo que no sirvió de mucho. Fui a buscar de nuevo a mis amigas y todas estaban bailando. No quise interrumpirlas así que me senté en una silla a esperar.Estaba dudando en quedarme un rato más o irme cuando Marc se sentó a mi lado. Él y yo nos conocemos desde segundo de primaria, somos súper buenos amigos y no dudo en que si en algún momento todos me fallan él será de los que se quedarán a mi lado.
Es bajito, con el pelo marrón oscuro y un flequillo que casi le tapa los ojos ( que los tiene de color miel). Una de sus grandes cualidades es que siempre lleva una sonrisa dibujada en la cara. Nunca tiene motivos suficientes como para estar triste. Es el tipo de amigo al que le puedes contar de todo y siempre tendrá un buen consejo para ti.
Le expliqué porque no bailaba y me dijo que entonces bailara con él.
No me dio tiempo de responder que ya estábamos los dos en la pista de baile con una canción de Bruno Mars ( soy una gran fan suya).No sé cómo se lo hace, pero siempre consigue que le haga caso.
Yo iba con un vestido granate, así que había algunos movimientos que no me permitía hacer. De vez en cuando oía algún "crack" pero no vi nada de lo que me tuviera que preocupar.
Sobre las doce se empezó un limbo improvisado con una barra de cortina. A mi esto se me da bastante bien y quise lucirme.
Cuando ya sólo quedábamos 3 pasó algo horroroso. Sonó el "crack" definitivo. El vestido se rompió. Tanto, que se me veía la ropa interior! No sabía que hacer. Irme corriendo? Taparme con algo? Hacer cómo sí nada e irme disimuladamente? Me quedé paralizada. Notaba el peso de todas las miradas. La gente se había ido callando y habían parado la música.
Lo pasé fatal en esos 20 segundos intensos antes de que Inés saliera de entre la multitud y me acompañara fuera, donde el infierno se acabó. Se lo agradecí muchísimo. A los pocos segundos también salieron Bea y Paula. Me intentaron calmar y cuando conseguí estar suficientemente relajada llamé a mi madre para que me viniera a buscar cuanto antes.
Todavía seguía en estado de "shock", es que no me creía lo que me acababa de pasar.
En el camino de vuelta a casa ninguna palabra salió de mi boca y mi madre tuvo el detalle de no preguntarme.Nada más llegar a casa me fui corriendo a mi habitación y me tumbé en la cama. Sally (mi perrita) también subió conmigo.
Me la regalaron hace 4 años, al morir mi padre. Supongo que sabían que con la compañía de Sally lo llevaría mejor. Y la verdad es que con ella no me sentí tan sola. Es increíble pensar como un perro te puede hacer más feliz que un ser humano.
Me quedé dormida pensando en que el lunes ya estaría todo olvidado y que pasaría un día de cumple genial.
El día siguiente dormí hasta las once y media. Bajé a la cocina y me encontré con una bolsa de churros sobre la mesa. La verdad es que tenía mucha hambre porque el día anterior no había cenado así que me los acabe todos.No había nadie en casa. Mi madre se había ido a ver el partido de fútbol de Pedro.
Pedro es mi hermano mayor, tiene sólo un año más, por lo que nos llevamos bastante bien. Juega a fútbol en un equipo importante y saca buenas notas. Físicamente tenemos un parecido. El único gran cambio es que él tiene los ojos azules, cosa que yo no. Por lo demás, somos morenos de piel, pelo marrón ( en mi caso igual que los ojos), nariz grande y algún que otro grano en la cara.Me pasé toda la mañana chateando y viendo la tele. A la una decidí ducharme y acicalarme un poco antes de que mi madre llegara.
Sobre las dos el timbre sonó.
No bajé a abrir porque sabía que tenían llaves. Pero siguió sonando unos 2 minutos más. Al final dejé de hacer lo que estaba haciendo y fui a abrir.
Abrí la puerta y resultó ser mi abuela. Viene a comer casi todos los sábados. La acompañé al salón y estuvimos hablando un rato. Por suerte mi familia no tardó en llegar.Comimos macarrones con queso, nuggets y brazo de gitano que había traído mi abuela.
El resto del finde transcurrió con total normalidad. Tanta qué el lunes ya ni me acordaba del incidente del viernes en casa de Carlota.
Pero al llegar al insti no pude evitar recordarlo. Todo el edificio estaba lleno de fotos mías con el vestido roto.
La gente que pasaba por mi lado se reía, otros solo cuchicheaban, pero ninguno se atrevió a venir y felicitarme en ese día que en teoría iba a ser uno de los mejores d mi vida.
Camine hasta mi clase, con la cabeza bien alta. Intentando no dejar que arruinarán mi día.
Lo que yo no sabía era que lo peor estaba por venir. En clase todos iban con camisetas blancas y la foto! Bueno, obviamente todos no.
No pude evitar que una lágrima se me resbalara por la mejilla. Quien era tan cruel como para hacerme esto que seguramente le había llevado bastante trabajo? Mi única respuesta fue Carlota .No podía permitir que me vieran llorar así que salí del aula y me fui a sentar a un banco que había en el recreo. Allí mis penas aumentaron y las gotas caían de par en par.
Tenía la nariz y los ojos de un rojo intenso. No es que me mirara al espejo, pero siempre me pasa cuando lloro.
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Llora,olvida y sonríe
RomanceLa historia trata de una chica de 16 años llamada Sofía Sánchez Via-Dufresne. Vive en Montilla y va al instituto Villanueva. Tiene un hermano mayor (Pedro) y no puede vivir sin su gente. Es atrevida y con un carácter fuerte. Es morena, ojos marrones...