capítulo 1

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Puede que cometiera la mayor estupidez de mi vida cuando decidí mudarme, pero ya no podía echarme atrás. Me había llevado meses y una larga conversación de mi madre con mi prima Sara, aunque más que mi prima podría ser la de mi madre, pues tiene treinta y ocho años.

Llevo diez minutos de pie parada
frente al gran portón de la casa en la que voy a vivir a partir de ahora.

Pego al timbre y las enormes puertas comienzan a abrirse. Me encamino despacio a la puerta de la casa. El camino es muy largo, y el jardín parece ser infinito, con árboles y flores por todas partes. La casa es blanca y con detalles en madera, es verdaderamente bonita, y enorme...

Ya estando aquí a un solo paso de la puerta me pregunto si mi decisión fue la correcta. Sara lleva ocho años con su actual pareja, Marc, es empresario y por lo que veo tiene existo. Marck tiene dos hijos, William, que tiene veintidós años y Chloe, que tiene mi edad, dieciocho. Conocí a William y a Chloe hace seis años, solo los he visto una vez, estuvieron una semana en mi casa. Sin embargo no conozco a Marc, lo vi en la puerta el día que dejó a William en mi casa, pero no entró, él y Sara se fueron a toda prisa.

Cuando por fin me decido a tocar al timbre, escucho a mi prima chillar.

-¿Puede ir alguien, yo estoy ocupada en la cocina?

-Ya voy yo- escucho decir a un hombre, que supongo que será Marc.

Cuando se abre la puerta me encuentro con un hombre de unos cuarenta años, alto, con el pelo negro aunque ya canoso. Mi prima tiene buen gusto, y después de todo lo que ha pasado me alegro de que sea feliz. Cuando era joven no tomó buenas decisiones, tenía malas compañías y salió con un chico que cuando se enteró de que la había dejado embarazada la dejó sin más. Por suerte supo salir adelante con su hijo, Nathan, el cual ahora tiene 20 años y está estudiando en Alemania.

-Supongo que tu debes de ser Samantha, yo soy Marc- me hizo un gesto para que pasase al interior de la casa.

-Solo Sam, por favor- él me sonrío y asintió. 

Marc me acompañó hasta el salón, donde de repente aparece mi prima muy emocionada.

-¡Sam!- después de dejarnos sordos a todos al chillar mi nombre, me estrecha en un abrazo, el cual le devuelvo encantada - has crecido mucho desde la última vez que te vi.

- Tu estás igual, bueno...ahora pareces hasta más joven- era cierto, la alegría que expresaba su rostro la hacía parecer mucho más joven. Y además de eso estaba muy guapa. Sara tiene el pelo castaño y los ojos azules, lleva un vestido en un color verde oscuro que le queda muy bien.

- Bueno, venga voy a enseñarte tu habitación y así sueltas las cosas.

- Sí, por favor - le sonreí, ella asintió y me hico un gesto para que la siguiera. Subimos unas escaleras que había al final del salón. Al final de las escaleras había una especie de recibidor bastante amplio, había hasta un sofá beige pegado a una de las paredes.

Seguimos caminando a lo largo del pasillo, hasta que Sara se paró en la última puerta de la izquierda.

- Esta es tu habitación Sam - abrió la puerta y entró. Yo entré tras ella. ¡Madre mía! la habitación es enorme... Con las paredes  de color crema, es preciosa. Hay una cama de matrimonio en la pared de la derecha y un escritorio justo a la izquierda de la puerta. En la pared de la izquierda hay dos puertas y justo frente a la puerta hay unas cristaleras enormes que dan a una pequeña terraza.

- Oh, Sara es impresionante- Sara me sonrió y casi se ríe por mi reacción.

- Bueno te dejo que te instales y deshagas las maletas, en un rato estará la cena.

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⏰ Última actualización: May 08, 2020 ⏰

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(Don't) leave me aloneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora