Sharing the night together (Izuchako)

Requiem in confessionem

Nada mejor que salir a correr para refrescar la mente y el alma de un ser humano que sufrió las consecuencias de la ira de dos damas, era muy temprano, y aunque estaba físicamente jodido, quería descansar de todo lo que le había pasado el día anterior, antes de que se diera cuenta, se le había incluído Aoyama, una grata compañía, agradecía que el extraño sujeto fuera silencioso, raro, pero silencioso, llevaban ya más de dos horas corriendo alrededor de la pista de carreras, cuando Aoyama se detuvo súbitamente y se acercó a Midoriya, quien se mostraba sumamente contrariado, el peliverde observó con curiosidad lo que sacaba de la bolsa de su pantalón, era una hoja de papel que decía todo lo que Uraraka opinaba de Izuku-¿De dónde lo sacaste?-cuestiono Izuku-Ella lo escribió y me lo dió, probablemente para que por fin dejara de molestarla con que tú le gustabas, Midoriya, me caes bien desde el examen de ingreso, quería darte esto antes, pero lo creía de mala educación, en fin, toma, date cuenta que ella de verdad te quiere, suerte-El extranjero se desvío de la pista para dirigirse a los dormitorios que compartían con sus compañeros, Izuku se quedó ahí, parado y ensimismado, debía agradecerle al buen Aoyama esa información, con eso sabría cómo comportarse frente a la castaña que el amaba.

-Vamos, ojos de mapache, estudiaste a Izuku mucho tiempo, sabes incluso que talla de zapato usa- Ashido se negaba a compartir información de su antiguo amor (tal vez todavía lo era), puesto que se había prometido guardarla para cuando alguien le rompiera el corazón al peliverde y consolarlo, ser quien sanará sus heridas... Pero, al parecer, a quien tendrían que consolar sería a ella, puesto que ya todos sabían que Izuku amaba a Uraraka por encima de todas las cosas, más que ser héroe, se rumoraba- No Bakugo, esa información la destruí hace mucho- la mentira era lo suficientemente creíble para Ashido, pero no para Bakugo- No me mientas ojos de mapache, sé que la tienes guardada, o bien, te la aprendiste de memoria, ¡Dámela!- las órdenes y amenazas de Bakugo alertaron a Iida, quien se lanzó al rescate de Ashido- ¡Bakugo, este comportamiento no se tolera en los dormitorios, regresa a tu habitación para que acabes de prepararte para las clases!- el buen Iida era algo estricto, pero poco a poco se suavizaba por empezar una relación con Hatsume Mei, el señor correcto tenía novia, Bakugo se limitó a obedecerlo, pero antes de llegar a su habitación, se le ocurrió una idea que sería la cúspide de sus planes para quedarse con Izuku, si eso no funcionaba, nada lo haría, aceptaría su derrota, y buscaría a alguien más, así que se encaminó al cuarto de Izuku y cerró la puerta, no quería visitantes inesperados