♡Lobo-hombre♡

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[Advertencia contenido +18, simplemente quiero decir que no lo hago precisamente por el smut, sino porque hay una parte un tanto descriptiva y fuerte. No me maten.]

La noche cayó y el lobo de un pelaje café claro olfatea sin parar, hacia el este y luego al oeste sin cansarse, porque hay algo que le llama la atención.

Su hermano escucha el aullido del alfa y corre, porque sabe que es hora de acurrucarse con la manada en la cueva, y no quiere que lo reten.

Él tampoco quiere dormir con frío, así que corre detrás suyo y justo cuando está por entrar cae al suelo, llamando la atención de todos, que lo miran y sabe que es con fastidio, porque ya conoce el olor que desprenden cada vez que se trata de él en la manada.

Se levanta y lleva su hocico en alto, porque un tropiezo no es suficiente para perder la dignidad. Aunque él ya ha tenido muchos más que uno, y no precisamente hablando de caídas sobre la tierra.

Se apresura de nuevo, trotando hasta donde ya están todos casi hechos bola unos con otros pero, apenas quiere acercarse y acurrucarse al lado de su hermano, el alfa salta frente a él, con un fuerte y constante gruñido que lo hace agacharse y mirarle desde abajo entre leves chillidos.

Lo respeta por lo que es, pero no espera una humillación por parte suya y mucho menos que lo eche de ahí.

Pero simplemente siente como, a pesar de inclinarse frente a él como reverencia en muestra de respeto, la piel de su cuello es atravesada por los colmillos del imponente lobo y, aunque chilla y se revuelca para que lo suelte no sucede, simplemente es sacudido con una fuerza bruta, que lo hace caer fuera de la cueva cuando el otro lo avienta.

Ya no es nuevo que lo tiren lejos de la manada, o que lo desprecien, tampoco que lo dejen sin comer.

Ya no es nuevo que a pesar de ser hijo de uno de los más fuertes alfas que en la historia han dirigido a la manada, por el simple hecho de rechazar la naturaleza y negarse a marcar a una hembra como suya lo hayan desplazado, y lo vean como una aberración.

¿Eso es posible?

Un lobo no necesita de una loba para ser quien es, pero entonces, ¿por qué quieren obligarlo?

Es hermoso tal y como está, solo consigo mismo.

Sale corriendo, con el cuerpo doliendo por el duro golpe que se ha dado contra la tierra y busca el pequeño hoyito que ha rascado durante cada día desde que su manada lo ha abandonado, ese junto al único árbol a mitad de la montaña y da varias vueltas en el mismo lugar, hasta que encuentra la posición en la que ha dormido cómodamente antes y dobla sus patitas, echándose hecho bolita.

Mientras busca el sueño, mira hacia el frente y entre los árboles disfruta de las pequeñas chispitas de colores que saltan como la flor roja. O como ha escuchado que la llaman: el fuego.

Sus orejitas se mueven, porque está alerta, atento de eso que se escucha como un cántico de humanos, y olfatea de nuevo.

Sin poder evitarlo, corre en aquella dirección bajo la montaña que parece más coloreada que en la primavera y al llegar junto al río se encuentra a un hombre bailoteando y cantando, regando algún polvo sobre el fuego, haciendo que sus llamas cambien de color.

Cruza sigilosamente el río y se esconde detrás de un tronco tirado, creyendo que no sabrá que está ahí, y espía todos sus movimientos, hasta que lo escucha hablar.

-Así que ya estás aquí...

Sus ojitos redondos se abren más de lo normal y cuando el sabe que el hombre ha encontrado su mirada y lo ve sonreír hacia él, se gira apresurado y comienza a correr, pero no pasa mucho tiempo para que un chillido débil escape de él y, adolorido caiga en el medio de su cruce por el río, sintiendo como sus patitas se vuelven más débiles ante las mordidas que ha recibido.

Lobo-hombre || Chriserick OS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora