•Capitulo 3

138 6 2
                                    

Las clases de hoy  ya habían finalizado, y para este entonces yo ya iba caminando para mi pequeño hogar. Hoy a papá le pagaban, y sabia que iría por ahí a emborracharse. Pero eso no quería decir que no estaría en casa, tenia miedo, caminaba con miedo, vivía con miedo.

Iba por un camino de tierra rodeado de pastizales altos y secos, de árboles viejos a punto de quebrantarse, y eran bastante grandes, a lo lejos se observaba un mansión extremadamente grande, con detalles y con rejas altas decorando el frente, en el invierno pasado comenzaron a construirla y desde entonces me imaginaba viviendo allí con mi madre refugiado de todo mal que podía enfrentarme, cada mes traían nuevas decoraciones por lo que deduje que sus dueños se mudarían en unos pocos días.

Caminaba por este viejo camino, que podía recorrer con los ojos vendados, me los conocía de memoria, sabía perfectamente cada detalle, cada bache que acompañaba este camino hasta mi pequeño y humilde hogar. El viento soplaba ferozmente haciendo que mis rizos definidamente largos chocaran contra mi cara, estos estaban demasiados enredados pero no tenia tiempo de cepillarlos y dejarlos perfectos, el día había comenzado realmente soleado, un sol que iluminaba el día pero ahora se estaba oscureciendo, haciendo que el frió invierno haga notar su cruda presencia, prometiendo una fría tormenta de nieve esta noche.

Las piedras de este viejo camino de tierra comenzaban a temblar por un extraño movimiento producto de algún automóvil acercándose, dándome vuelta visualice un Chevrolet Onix LTZ de color negro  acercándose, me corrí de mi camino yendo para un costado y así dejarle libre el paso al automóvil que dejaba una nube de tierra detrás de su camino, en el momento que este paso por mi lado se detuvo dejándome ver mi figura reflejada en el vidrio polarizado del automóvil, no podía moverme estaba paralizado tendría que empezar a correr, pero de alguna forma no podía, temía por mi si no comenzaba a moverme. La ventana del lado del conductor se abrió lentamente dejando a la vista el perfil de aquel chico con ojos color zafiro que era digno de esas hebras color castañas que decoraban la parte superior se su cabeza llamado cabello, era Louis.

-Hola …- dijo con una media sonrisa, supongo que trataba de recordar mi nombre, por como lo dijo y su media sonrisa que lo único que logro fue hacer una mueca, era muy obvio que no lo iba a recordar pues ni lo sabia

- Ha Harry- dije realmente avergonzado, mis nervios me jugaban en contra y por eso mismo mi voz salía tartamuda, solo agache mi cabeza

Me mira como notándome algo inseguro de mi mis, abre la puerta del lado del conductor y se baja, rápidamente actué y retrocedí por el miedo que sentía a que me haga algún mal, el noto eso y se detiene extrañado – No te haré daño, tranquilo.

Negué con mi cabeza mientras retrocedía a grandes pasos para alejarme de el lo mas rápido posible, lo sentí llamarme pero lo ignore ¿Qué era lo que quería de mi? ¿Cuáles eran sus intenciones conmigo? No confiaba en nada, era un completo desconocido, gire mi cabeza mientras caminaba rápido casi corriendo y vi que se acercaba a mi corriendo, me gire completamente con mis brazos y palmas estiradas tratando de que se aleje de mi el paro su andar y a medida que yo retrocedía el avanzaba hacia mi con un paso lento

-No no me hagas da daño, espera hasta ma mañana en la escuela para golpearme si si quieres- me encogí, mientras seguía retrocediendo.-¡¡No te dejes ganar!!- pensaba para mi mismo.

Notaba su mirada algo confusa, Note como miro mi clavícula cuando mi remera de cuello redondo dejo ver un gran moretón donde Jake hoy me golpeo y note en su miraba como comenzaba a  comprender todo. Me miro fijamente con sus ojos azules color zafiro mostrando en esa mirada angelical compasión y lastima. Trate de retroceder para atrás pero el sonido de su voz aguda y tierna hizo que detenga cada movimiento que estaba por lograr

-No te haré daño, no retrocedas por favor- me pidió con una mirada de suplica

Lo mire nuevamente y volví a bajar mi cabeza, note como el se acercaba a mi tenso cuerpo, paso el dorso de su dedo pulgar sobre mi clavícula, haciendo que chillara del dolor y cerrara mis ojos con fuerza, temía que me golpease.

-No…No hagas eso por favor- rogué

Enseguida sentí como su tacto salio de mi piel, retrocedió un paso dejándome espacio cosa que agradecí interiormente, abrí mis ojos y levante mi cabeza pues aun estaba cabizbajo mientas toco mi moretón.

-¿Dónde vives?, quizás pueda llevarte hasta tu casa- pregunto con amabilidad Rápidamente negué con la cabeza

-No estoy lejos, gracias – mire a la dirección de mi pequeño y humilde hogar

-No veo que vivas lejos de mi hogar, cualquier cosa puedes ir- señalo la gran casa que se veía a los lejos en la cual anhelaba vivir

Solo lo mire y si despedirme decidí correr a mi casa, se notaba que el era un chico rico por su ropa y su auto. No quise pensar mas en nuestro encuentro, me avergonzaba pensar en como evite su mirada y su acercamiento. Apenas legue a mi hogar y me cambie de ropa tratando de ocular mi gran moretón en mi clavícula muy cerca de mi cuello, pero eso no fue suficiente debí taparlo con un poco de maquillaje pues si papa veía mi herida se iba a enfurecer al enterarse que alguien mas me pega y el no es. Tarde bastante en tratar de que no se notase, cuando al fin termine mire por mi ventana vieja decorada con restos de cortina la gran mansión de Louis, las luces estaban encendidas, y de la chimenea salía bastante humo, eso quería decir que tenia chimenea y por lo tanto su casa debe ser muy calida, me quede pensando como se sentiría tener chimenea. Me saco de mis pensamientos un gran golpe en la puerta, escuche grandes pasos PAPA pensé, pero ¿Tan temprano? ¿Que hace por acá?.

Debería haber hecho la comida, limpiar la casa e incluso haber lavado las pocas vajillas que teníamos, simplemente había venido hasta aquí a cubrir la evidencia de que era golpeado por alguien mas.

Estaba acabado. 

Sálvame [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora