Y duele.
Duele saber que no le importas.
Duele saber que tus lágrimas no valen lo suficiente para una llamada.
Duele saber que el dolorcito en el pecho no va terminarse pronto.
Quema y arde el pecho de tanta rabia y dolor acumulado, y es que callaste tantas veces que hoy, la más mínima gota colma el vaso.
Callaste tantas veces por no sonar histérica o sensible que no te diste cuenta que te matabas por dentro.
Cada lágrima que guardabas, iba llenando un mar en tu interior, un mar de agua salada.
Respira, respira profundo y respira una vez más, quizás el dolor cese pronto...
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Memorias
RandomAcompañada de una tacita de café, aquí dejaré por escrito mis más profundos pensamientos, sentimientos y emociones.