Podré sobrevivir con 4 fuckboys?
Paige se muda con otra "familia" totalmente diferente a la suya, esta se cree un poco ruda, pero la verdad es que no es así, no tardará mucho para enterarse de una verdad muy fuerte la cual la atormentará por el rest...
Al verlos me quedé congelada y en lo único en que estaba pensando era en el guapo de Blake, así que tranquila y un poco nerviosa respondí:
Paige: "Mmm... ¿Hola?"
Dylan: "Denle permiso de pasar, gracias"
Yo un poco apenada, pasé entre todos, claro está que se me quedaban viendo. Mi hermano llevó mis maletas a mi recámara la cual estaba hasta el fondo, pero igual era hermosa y lucía algo así:
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Su casa parecía una mansión, tenía alberca, un patio muy grande, y tenía muchas recámaras.
Dylan: "Cuando acabes de instalarte, necesito que bajes, tienes que saber algunas cosas"
Paige: "¿Cómo qué cosas?"
Dylan: "Ya te enterarás"
Yo quedé muy desconcertada cuando me dijo eso y mi mente empezó a dar vueltas y vueltas sobre qué me quería decir. Pasaron aproximadamente 3 horas y bajé para ver qué quería mi hermano.
Dylan: "Bueno, como ya estás aquí, los chicos y yo tenemos reglas que debes de cumplir"
Paige: "Ok, te escucho"
Dylan: "1. No invitarás a nadie que yo no conozca, 2. No te metas en nuestros asuntos, 3. Si tienes una fiesta tú deberás de llegar a las 12:30 en punto, 4. Deberás de avisarme si tienes novio, 5. Sigue estas reglas y no te pasará nada malo"
Paige: "1. Ahora esta también es mi casa y puedo hacer lo que se me de la gana, 2. Porqué debería de meterme en tus asuntos, 3. Yo llego a la hora que yo quiera, 4. Obvio que no te aviso y si ves que beso a alguien será mi problema y no el tuyo, 5. ¿Que me puede llegar a pasar?"
Todos los chicos: "UHHH"
Dylan me volteó a ver un poco enojado, pero yo solo le voltee los ojos y me fui a la cocina a prepararme algo de comer. Blake llegó hacia mí y me preguntó:
Blake: "Con qué eres rebelde, no sabía eso de ti nena"
Mi corazón empezó a latir aún más fuerte, pero me dije, tranquila, tranquila.
Paige: "Hay muchas cosas que no sabes de mí"
Le lancé un guiño coqueto y me fui hacia mi recámara. Cuando llegué a esta, me lancé hacia mi cama, agarré una almohada y grité, obvio nadie escuchó.
