Bullyng (MAGCON)

33

Por fin se da la salida de el instituto, después de ver a cameron y Brianna entrar a un salón a hacer quien sabe cuantas cochinadas no volví a verlo, me dirijo al baño, esta última clase me dejo exhausta y necesito por lo menos refrescarme.

Me adentro en uno de los cubículos y hago mis necesidades, cuando escucho unos tacones muy cerca y entonces escucho la voz de Brianna y sus dos amigas.

—En serio, fue de lo mejor, pero creo que Cameron estaba pensando en alguien mas.

—¿Por que dices eso?

—Gimió el nombre de otra chica...

Entonces escuche los sollozos de Brianna y sus amigas tratando de consolarla, ¡no puedo creerlo! Cameron se acostó con ella y pensaba en alguien más, me causa un dolor en el pecho que jamas había sentido y no comprendo la razón.

—Pero en serio que no me puedo creer que el estuviera pensando en esa rata

—¿¡scarlett!? — hablan sus amigas anonadadas

Me tapó la boca de la sorpresa y el dolor en mi pecho es sustituido por unos cosquilleos en mi vientre, estaba nerviosa.

—¡Shhh!, ¿¿se imaginan lo bajo que es eso??

Entonces Brianna suelta otros sollozos desconsolada y yo solamente me quería morir, ¡Por todos los cielos! ¡El estaba pensando en mi!

El estaba pensando en mi...

Pero eso no quita el echo de que se haya ido a acostar con Brianna.

Ansío mucho que esas tres brujas salgan del baño de una vez, pero parece que se quedarán a vivir allí, y decido tomar una decisión demasiado arriesgada y salgo del baño con cuidado y tratando de ni hacer ruido, pero entonces  Brianna logra verme atravez del espejo y se limpia las lágrimas.

—¿Que hacías ahí zorrita?

—Na-nada

—No metas tu horrible nariz en donde no te incumbe maldita rata, como digas algo de lo que escuchaste... Estas muerta— me señala con el dedo, amenazante— No se que clase de mierda le habrás dado a Cameron, pero te advierto que si te veo cerca de el... Yo misma te jalo de ese horrible cabello que tienes y te humillo frente a todos.

—S-si, yo no diré na-nada

Salgo  corriendo del baño

Aún sin poder asimilar bien lo que había pasado allí dentro.

Brianna tenía una nueva razón para odiarme y hacer de mi estadía en el instituto aún peor.

Me dirijo a mi casa sin poder parar de pensar en eso, y cuando llego alcanzo a ver a cameron sentado fuera de mi puerta, me estuvo esperando.

—Heyy, tardaste demasiado, ¿que estabas haciendo?

—Eso no te incumbe.— le respondo cortante

—¿Estas molesta?

—No.

—Si estas molesta, pero no entiendo por que, no hice nada malo ¿cierto?

—¡Dejarme sola en el instituto para ir a follarte a Brianna! Creí que estabas empezando a cambiar...

Bajo la cabeza avergonzada de mi misma, estaba celosa, iba a admitirlo.

—Ohh, yo...

—No digas nada, no quiero verte hoy, vete por favor.

—¿Es en serio?

Lo miro incrédula.

—¡Claro que es en serio Cameron, vete de aquí!

—¡No entiendo por que te molesta, solo somos amigos, y puedo follarme a quien sea y no necesito tu aprobación para eso!

—¡Largate de aquí! ¡No quiero verte mas!

—¡Pensé en ti todo el tiempo! Maldita sea! No puedo sacarte de mi cabeza, debía intentarlo!

Lo confesó.

Me quedo quieta viendolo jalar su cabello, molesto.

Es entonces que me devuelve la mirada y se acerca a mi lentamente, no puedo moverme, estoy tan nerviosa que apenas y puedo respirar.

Toma mis manos y reacciono aún molesta forcejeando con el.

Me toma de las muñecas y me pega a la pared situando mis manos por encima de mi cabeza y coloca su nariz en mi cuello, pegandose a mi.

—No podía dejar de pensar en ti— besa mi cuello— estaba imaginandote a ti gimiendo mi nombre— pega su pecho al mío y cierro los ojos, se sentían muy bien sus labios sobre mi cuello, podía oler su fragancia seductora y estaba que me moría.

—Cameron...

—¿Te gusta así? — pregunta en mi oído y me estremezco.

—S-suelta-me

Ataca mi cuello de nuevo y un gemido se escapa de mi garganta y muerdo mi labio en seguida.

Me mira y puedo ver lujuria en sus ojos, aunque me este gustando mucho esto, aprovecho mi oportunidad y pateó su zona con fuerza, cae al suelo asombrado y logro abrir mi puerta, me adentro a mi casa y cierro con candado.

—¡Te dije que me soltaras!