Que lo disfruten...
La puerta de madera se abrió, dejando pasar a una pequeña niña de larguísimo pelo color negro como la noche, su pelo cubría la mayoría de su cara, dándole un aspecto extraño como el de un fantasma de algún cuento de hadas, el hecho de que su piel fuera tan pálida como la de un fantasma no ayudaba en nada, si alguna de las criadas del castillo, al guardia o cualquier persona que la encontrara inmediatamente se asustaría, tal vez hiendo tan lejos como para pegar un grito y corriendo lo más rápido que podía gritando fantasma.
En los pequeños brazos de la niña había un enorme libro que casi cubría su cuerpo entero, el libro no sólo se veía enorme en sus brazos, si no también era bastante grueso, parecía que la pálida niña el golpearía el suelo en cualquier momento.
"¿Necesita que la ayude a cargar ese libro joven maestra?" Un enorme guardia que cuidaba los aposentos de el señor del fuerte terror pregunto, pensando que la primera hija de su señor tenía problemas llevando ese libro en sus manos.
La pequeña se detuvo y volteo a mirar al guardia, sus ojos aún seguían siendo cubiertos por su pelo. "Muchas gracias pero estoy bien, por favor solo dile a la criada que envíe mi comida a mi cuarto"
El guardia sonrío, la pequeña no sólo era increíble y extraña por su apariencia, lo más increíble era lo inteligente que era, los niños a su edad deberían de ser curiosos y tontos, no hablar como si fueran adultos. El guardia hizo una reverencia, como no hacerlo cuando estaba con alguien tan increíble cómo está niña. "Por supuesto mi señora, se hará como usted ordene" el guardia no podía contestar de otra manera."Qué amable"
Diciendo esas últimas palabras la pequeña siguió con su camino seguramente a leer ese enorme libro.
Del otro lado de la puerta de madera estaba el señor del fuerte terror, Rose Bolton escuchaba nuevamente a su Maester enviado por lo ciudadela en el sur del continente.
Un tipo de pelo largo y café pero al que le hacía falta el cabello en la parte superior de su cabeza, llevaba puesta una túnica color gris.
Rose simplemente los escuchaba hablar, el joven Maester era todo sonrisas.
"¡Uña genio mi señor!"
"Claro que lo es" repitió calmadamente Rose, no necesitabas ser un Maester entrando por años en reconocer genios para saber que Albedo Bolton era una genio, el simple hecho de que pudiera hablar y escribir perfectamente a su corta edad era obvio.
"¡Una genio que nace cada mil años!"
"Claro que lo es" volvió a repetir Albedo, incluso Rose había escuchado de genios en otras partes, pero jamás había escuchado o había visto alguien como su hija. Lo único que era decepciónate de ella es que no era un varón que pudiera haber heredado sus tierras. Pero Rose no dejaba que tal inconveniente que seguramente molestaría a muchos señores en el sur lo cegara, su él nunca tuviera un hijo varón propio, Rose sabía que el apellido Bolton estaría en las mejores manos, incluso mejores que si tuviera un hijo común. Este era el norte, el frío no perdonaba a las personas por género o por estatus.
Rose sabía que su hija sería buscada por varios de los señores en el norte, tal vez incluso los mismos Stark.
Una sonrisa se formó en el rostro de Rose.
Su señor, Rickon Stark también había tenido un varón que solo era unos años más grande que Albedo, tal vez y solo tal vez Rose pudiera finalmente unir su casa a la de los Stark y por fin el norte sería liderado por una persona de sangre Bolton, alguien verdaderamente fuerte que liderara el norte con puño de hierro. Un contrato de matrimonio entre las dos casas más fuertes del norte no estaría nada mal y después de que el norte tuviera un heredero fuerte de ese matrimonio deshacerse de ese tal Brandon Stark.
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Naruto: Una Canción del Sol y la Luna
RomanceDos ideologías diferentes de la vida, pero al final tiene el mismo objetivo.