Ausencia

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Nunca caminaremos entrecruzando las manos, nuestros brazos, nuestros pasos.
Nunca sabre el sabor de tus besos en una tarde de pleno invierno.

No veré tu rostro dormido al despertar junto a la rosa que jamás te pude dar.
Ni despediremos llorando al ocaso, en todo caso, despedirte será mi fracaso.
Nunca podré leerte las cosas que te escribí, no ahora que cada letra parece una triste cicatriz.

Espero curarme de la enfermedad que es esta partida.
Dejar de verte en cada sombra, en cada esquina.
Dejar de verte al cruzar la gente en la avenida.
Dejar de creer que lo puedo tener todo, cuando todo es solo éste consuelo.

Tengo que dejar sangrar la herida, esa basta y espesa sangre que es ahora esta poesía.
Para que tu ausencia no me duela toda una vida.

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Lágrimas en las manosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora